Personas en una manifestación sostienen carteles con mensajes sobre especulación inmobiliaria.
POLÍTICA

La izquierda catalana se pelea entre sí por el problema de la vivienda

El Sindicato Socialista de Vivienda carga contra CUP y Comuns, y pide una ‘alternativa revolucionaria’

Que el problema inmobiliario sea la nueva tabla de salvación de la izquierda catalana tenía un efecto inesperado. Y este no es otro que la izquierda batalle entre sí para ver quién capitaliza más y mejor el problema. Como se explicó en E-Notícies, la situación se puede sintetizar en dos sectores: uno más próximo a la CUP, con el Sindicato de Vivienda Socialista, y otro más próximo a los Comuns, con el Sindicato de Inquilinas.

Y ahora, la portavoz del Sindicato Socialista, Marina Parés, ha cargado contra Comuns y también CUP en un artículo publicado en Crític. A juicio de Parés, la lógica de que los sindicados deben movilizar la calle para que después los partidos la capitalicen está “agotada”. De hecho, Parés llega a decir que los “espacios políticos” de CUP y Comuns ya están “irremediablemente agotados”.

Personas en una manifestación sostienen carteles de cartón en forma de casa con mensajes sobre el alto costo de la vivienda.

En este sentido, no ahorra en críticas muy duras contra los dos partidos. Contra la CUP, por ejemplo, dice que su nueva estrategia reformista no puede esconder el hecho de que son una muleta del PSC “más de derechas y españolista de la historia”. Es más, Parés considera “estéril” el nuevo proyecto político de la CUP, además de que “nadie les ha pedido que asuman este papel[de correa de transmisión de la calle]”.

Y, con respecto a los Comuns, denuncia que su estrategia reformista es igual de inútil, aunque sus gestos y retórica, eso sí, sean “más suaves”. Parés lanza un dardo muy envenado contra los Comuns, cuando dicen que igual regulan la vivienda como que “celebran la Copa América”. Son gestores las “instituciones capitalistas”, concluye.

¿Solución? Una revolución

Ahora bien, estas críticas no son obstáculo para que Parés haga la clásica enmienda maximalista de la izquierda, completamente fuera de la lógica de partidos. En este caso, Parés dice que la única salida es una “alternativa revolucionaria”. En última instancia, esto significa divorciar el problema de la vivienda del parlamentarismo y, en el horizonte, montar una huelga de alquileres.

La postura de Parés, en suma, sería la de los sectores más radicales de la CUP, que no ven con buenos ojos el giro estratégico de la formación. El Sindicato Socialista pide “deslegitimar el modelo de sociedad capitalista” y constituir una “fuerza social masiva”. Más allá de la radicalidad de esta postura - la misma que llevó a la CUP a coquetear con su extinción -, lo relevante del caso es que se confirma que el problema inmobiliario le rompe las costuras a la política catalana

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