Plano medio de Josep Sánchez Llibre hablando desde un atril de Foment de Treball levantando los dos dedos índices
POLÍTICA

Fin de la luna de miel Illa-empresarios: Foment del Treball carga contra el Govern

Foment habla de ‘asfixia’ empresarial, ‘fiscalidad confiscatoria’ y falta de ‘diálogo’

A nadie se le escapa que el Govern del presidente Illa vino bendecido por los empresarios catalanes. Hasta cierto punto era normal, incluso previsible. Después de la década procesista, los empresarios vieron con claridad que el desorden político no era propio de Cataluña.

El punto de arranque del conflicto Generalitat-empresarios fue el toque de corneta de Isidre Fainé, cuando se llevó el universo Caixa fuera de Cataluña. A partir de aquí, Foment del Treball, así como otras patronales, pusieron en circulación el mismo discurso. Es decir, que las empresas volverían cuando percibieran certidumbre y normalidad en el inquilino de Palau.

Por esta razón, el colapso procesista, que ha tomado la forma de Salvador Illa, fue bien recibido por Foment; recordemos que, hasta hace nada, Junts pedía multar a las empresas que no volvieran a Cataluña. De hecho, poco después de la llegada de Illa, la Fundación la Caixa devolvió la sede a Barcelona. Del mismo modo, durante estos primeros meses de Govern no han faltado buenas palabras entre Illa y los empresarios.

Hombre con gafas y traje oscuro, sentado y pensativo, con la mano en el mentón.

Ahora bien, el simbolismo se agota rápido, sobre todo con un partido como el PSC, que se caracteriza por una fuerte parsimonia ideológica. Y es que, al margen de las buenas palabras, la realidad económico-empresarial de Cataluña es la que es. El “infierno fiscal” (palabras de Foment) continúa, el intervencionismo coge fuerza (vivienda, por ejemplo) y la burocracia catalana sigue siendo igual de lenta que siempre.

Esto es lo que ha denunciado recientemente Sánchez Llibre a través de un comunicado de Foment. La patronal catalana se queja del “fuerte componente intervencionista” del Govern y de una ausencia de “diálogo”. Foment habla de “restablecer el respeto a derechos fundamentales como son los derechos a la propiedad y el derecho de empresa”.

Más en particular, Foment apunta a varias medidas recientes del Govern. Entre estas, destaca la subida de impuestos, la agresión a la industria turística y el intervencionismo inmobiliario. El loby empresarial no ahorra en palabras gruesas y habla de “impuestos confiscatorios” y “asfixia premeditada sobre el empresariado”.

Cartel de

Jesuitismo marca PSC

Esta situación es normal si se tiene en cuenta que Illa no ha dudado en jugar a varias bandas cuando era necesario. Antes de ser investido presidente, y antes de empezar a ejercer como gobernante, Illa se dejaba caer por todos los foros empresariales. Paralelo a esto, Illa regalaba grandes titulares sobre el despegue económico de Cataluña.

Ahora bien, cuando tocaba emitir legislación, Illa compró ‘de facto’ la política económica de Comuns, ERC y, de manera curiosa, de la CUP también. De aquí surge, por ejemplo, el intervencionismo inmobiliario, que ha vuelto a retirar más oferta del mercado. De manera simbólica, cabe destacar que Barcelona tiene la habitación más cara de España con 661 euros.

Este es otro ejemplo de que la actual legislatura tiene un recorrido político y económico bastante reducido, empezando porque el PSC no tiene mayoría para llevar adelante las enormes reformas que se ha propuesto. Por el contrario, esta es una legislatura de reajuste de todas las piezas tras el fin de la década procesista. Y la pieza económico-empresarial ya ve que, en el Govern, se encontrará un interlocutor muy determinado por los intereses del momento.

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