El error de cálculo del PSOE con Carles Puigdemont que aleja la investidura
Pedro Sánchez cometió un fallo con Junts per Catalunya difícil de entender
El entorno de Carles Puigdemont filtraba la tarde de este viernes que de momento no hay acuerdo con el PSOE y que será difícil que exista durante el fin de semana. Pedro Sánchez daba, en círculos íntimos, por hecha la investidura el jueves por la mañana y toda la maquinaria se había activado para que pudiera ser presidente esta próxima semana. Pero, sin que el PSOE lo hubiera previsto, todo se paró a media mañana del jueves. Y es que, con lo listo que es Pedro Sánchez para sobrevivir, cometió un error con Carles Puigdemont difícil de entender.
Pasadas las elecciones del 23 de julio Pedro Sánchez evidenciar que necesita a Junts per Catalunya para seguir gobernando. Toca tragar, recoger cable y situar a Puigdemont otra vez como un actor político. Rehabilitarlo, en definitiva. Los socialistas saben que el acuerdo con el BNG, PNV, Bildu y ERC será fácil y que el esfuerzo se debe centrar en Waterloo.
Desde entonces, el círculo más intimo de Moncloa -con la ayuda de Yolanda Díaz y Jaume Asens- ha ido aproximándose a Carles Puigdemont y generando un clima de confianza para lograr la investidura. La primera prueba de fuego llegó con la votación de la Mesa del Congreso y el PSOE la superó con relativa nota. Junts votó a Franncina Armengol a cambio del catalán en la UE y hubo reconocimiento en público por parte de dirigentes juntaires del esfuerzo socialista.
Algo había cambiado y lo que parecía imposible empezaba a ser ya algo palpable. Carles Puigdemont iba, poco a poco, cambiando su relato y ya hablaba de "acuerdo histórico" para justificar su pacto con Pedro Sánchez. Porque aquí está la clave del asunto: la gran dificultad para el expresident es poder explicar a los suyos su acuerdo con el PSOE. No basta con la ley de amnistía y la vuelta de Puigdemont a Cataluña, el líder del independentismo intransigente necesita más.
Carles Puigdemont quería tiempo y conseguir alguna carta en la negociación que le permitieran tener el patio ordenado. No es fácil cambiar tu discurso en cuatro meses, aunque el pacto con el PSOE te permita volver a Cataluña. Nos habían dicho que esto no iba de soluciones personales, si recuerdan. Y Pedro Sánchez y su entorno eran conscientes de ello: el contexto para Puigdemont es mucho más complicado que para Esquerra.
El fallo del PSOE en las últimas horas
Si uno decide jugar con Puigdemont debe entender que Junts per Catalunya no es Esquerra. El líder juntaire vive un relato y un contexto totalmente distinto. ERC puede enfadarse, hacer declaraciones contra el PSOE, pero uno sabe que acabará pactando y votando Pedro Sánchez. No sucede lo mismo con Carles Puigdemont.
Y el PSOE lo sabe. Y pese a ser consciente de ello y de los imprevisibles cambios de rumbo de Junts en los últimos años, se equivocó. Decidió tratar igual a ERC y a Junts, darles el mismo protagonismo y anunciar los acuerdos el mismo día. Sabiendo que los dos partidos no se hablan, que no saben qué negocian por separado.
Es una evidencia que Carles Puigdemont necesita mucho más que Oriol Junqueras para justificar un acuerdo con el PSOE. Y pese a esto, Pedro Sánchez filtró antes el traspaso de Rodalies y los 15.000 millones que su acuerdo con Junts. Un pacto con mucha letra pequeña y menos victorioso que lo que vende Esquerra, pero al fin y al cabo, varias concesiones que permiten a los republicanos sacar pecho.
Mientras, Carles Puigdemont centraba su negociación con la amnistía, el catalán y el relator. Algo que también estaba en cierto modo en el acuerdo con ERC. Su posición, pues, al filtrarse el primer pacto quedó tocada. ¿Cómo justifica ahora Puigdemont que se trata de un "acuerdo histórico si consigue menos que Esquerra?
El PSOE cometió un error grave, casi imperdonable. Si quieres llegar a un acuerdo con Junts per Catalunya debes entender que necesitan algo preferencial, que no los puedes igualar a Esquerra. Ya sabes que aunque se enfade Gabriel Rufián, volverá a tu lado. Pero no puedes decir lo mismo de Carles Puigdemont.
Pedro Sánchezha dejado al de Waterloo en una situación complicada. Junts necesita ahora algo más o la investidura volará por los aires. Porque Puigdemont no es Junqueras, aunque el PSOE le cuesta entenderlo.
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