Primer plano del político del PSOE Pedro Sánchez con rostro visiblemente serio
POLÍTICA

El tuit de Pedro Sánchez de 2016 sobre los indepes que ahora se le vuelve en contra

El presidente en funciones hablaba muy claro sobre pactar con los independentistas

Pedro Sánchez tiene más vidas que un gato. Superviviente de la política, su vida pública se contará algún día en una de esas películas de sábado por la tarde. El problema es que ha hecho tantas maniobras para llegar y seguir en el poder -tanto dentro del PSOE como en la Moncloa-, que la hemeroteca le juega malas pasadas. Es lo que tiene cuando uno ha pactado el 155 con el PP, ha intentado gobernar con Ciudadanos y ha acabado siendo amigo de Podemos y los independentistas. 

Y en plena era de las redes sociales, donde todo queda grabado aunque uno no quiera. Si la historia que vamos a contar les interesa deben situarse en abril de 2016. La inestabilidad política había llegado al Congreso tras las elecciones de 2015 y, tras el fracaso en la investidura de Rajoy y los intentos frustrados de Sánchez, se convocaron nuevas elecciones. En abril de 2016, pues, España vivía una pre campaña electoral que se había alargado meses y que acabaría con las elecciones del 26 de junio de 2016.

Todos los sondeos daban la victoria a Mariano Rajoy y algunos situaban a Podemos como segunda fuerza. En 2015, solo 400.000 votos habían separado Pedro Sánchez de Pablo Iglesias, de modo que la batalla en la izquierda era feroz. Por ese entonces, Junts pel Sí gobernaba en Cataluña y ya hablaba abiertamente de un referéndum y las famosas "estructuras de estado".

Primer plano de Pedro Sánchez con cara de preocupación y primer plano medio de Carles Puigdemont riendo. De fondo, una foto de la Mesa del Congreso de los Diputados

La estrategia de PedroSánchez en esa campaña de 2016 fue virar hacia el centro, alejarse de la izquierda y de sus futuros socios nacionalistas. Spoiler: no le fue demasiado bien y bajo a los 85 diputados, el peor resultado del PSOE en democracia. Su suerte fue que Podemos solo subió dos (obtuvo 71) y los socialistas mantuvieron el segundo lugar. Un año después llegaría la moción de censura, el uno de octubre y bla, bla bla.

El caso que nos ocupa es que por aquel entonces Pedro Sánchez no solo se alejaba de los independentistas, sino que en cierto modo los ninguneaba. Un buen ejemplo fue el mitin que dio en Córdoba el 15 de abril de 2016, donde sacó pecho de no pactar con los procesistas para llegar a Moncloa.

Fue Bernd Schuster quien afirmó tras un partido del Real Madrid que no hacía falta decir nada más. Quizás Sánchez justificaría diciendo que la política cambia, que España ya no es la misma ahora que en 2016 y en cierto modo tiene razón. Un año después pasaba el uno de octubre, su partido y él votaban el 155 y catalogó a Puigdemont de prófugo. Lo que pasa es que la ideología pasa en segundo lugar cuando uno quiere mantener el poder. No lo dice un servidor, sino la hemeroteca.

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