ERC se desmorona: la última crisis abre definitivamente la caja de los truenos
El cese de Tolo Moya por la filtración de los polémicos audios lleva al partido a un terreno peligroso
El desmoronamiento de ERC avanza a marchas forzadas. Tras las últimas debacles electorales, los republicanos afrontan ahora tres crisis que pueden hacer estallar el partido. El detonante podría ser la división interna respecto a si investir o no a Salvador Illa. O también la guerra entre los sectores de Marta Rovira y Oriol Junqueras por hacerse con el control de la formación. Sin embargo, lo que apunta que será la chispa que puede hacer saltar por los aires el partido es la polémica estructura paralela que se dedicaba a difamar políticos incluso propios.
El caso de los polémicos carteles vinculando a Ernest Maragall con el Alzheimer, impulsados desde dentro de ERC, ha ido pudriéndose hasta el punto de llevar al partido a un terreno muy peligroso. Porque los carteles, parece, fueron diseñados por esta estructura paralela, llamada 'La B', formada por jóvenes militantes. Estos militantes llegaban incluso a facturar (por valor de 70.000 euros) sus trabajos a una empresa afín a la formación. Este funcionamiento, además, ha hecho que planee la sombra de la corrupción en el partido.
Sin embargo, a pesar de que fueron los miembros de 'La B' los que impulsaron la polémica campaña contra Ernest Maragall, como se dice popularmente, la mierda ha ido corriendo hacia arriba hasta salpicar a la cúpula de Esquerra.
Los audios filtrados ayer a la prensa evidencian que dirigentes como Sergi Sabrià, Oriol Duran o incluso Pere Aragonès conocían la autoría de los carteles contra Maragall. La gravedad del asunto es evidente. Y más, si tenemos en cuenta que se han conocido los detalles por la publicación de unos documentos sonoros grabados a escondidas en una reunión de partido.
ERC lo tiene claro y acusa a Tolo Moya, exdirector de comunicación de la formación, de grabar y filtrar estos audios que incriminan a sus compañeros. Por este motivo ha sido cesado como asesor del partido en la Diputación de Barcelona. Pero este movimiento puede desencadenar en una guerra todavía más feroz.
Tolo Moya ya advirtió que tenía pruebas de que él no era el responsable de la campaña contra Ernest Maragall. Amenazó a la dirección con destaparlo todo y, aun así, ha sido cesado. ¿Alguien puede asegurar que Tolo Moya no tiene más audios comprometedores? Si, como asegura, tiene pruebas de hasta dónde llegan las responsabilidades dentro del partido, ¿se quedará de brazos cruzados? Pensar que esto puede quedarse así, con su despido y él asumiendo ser el cabeza de turco, es seguramente ser demasiado optimista.
Con la publicación de estos audios y su posterior cese, se abre la caja de los truenos dentro de ERC. Hasta dónde llegará esta guerra lo saben solo los implicados. O incluso muchos de ellos quizás no lo saben porque nadie tiene la certeza de que Tolo Moya no tenga más pruebas, si es que, como sospecha el partido, ha ido grabando a sus compañeros en los últimos meses.
Compañeros de partido ya han acusado a Tolo Moya de ser el "Villarejo de ERC". Parece que se ha encendido el ventilador y puede que todo acabe saliendo a la luz, si es que hay algo más para conocerse. De momento, la filtración ayer de los audios ha puesto a dirigentes como Oriol Duran y Pere Aragonès en la trama, que hasta ahora se habían mantenido al margen (solo Sergi Sabrià, Marc Colomer y Tolo Moya, más allá del militante de Igualada que dirigía 'La B', habían salido salpicados). Veremos si en los próximos días hay nuevos capítulos de este culebrón que pone (todavía más) en riesgo el partido de Marta Rovira.
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