Empieza a planear la sombra de la corrupción sobre ERC
Los republicanos tendrán que justificar cómo hicieron (y justificaron) los pagos para financiar la guerra sucia
Una vez que las aguas se han calmado y los residuos se han depositado en el fondo, aparecen las dudas de verdad.
De entrada, ha quedado acreditado que la maniobra de los carteles del Alzheimer surgió del interior de ERC. Así mismo, también se sabe que todo se pagó a través de una empresa de comunicación, Relevance. Es decir, que el partido disponía de algún tipo de organización interna encargada de organizar estas clase de jugadas y, sobre todo, de pagarlas.
¿Pero en concepto de qué? Porque si algo resulta intuitivo es que no puedes elevar una factura en concepto de “guerra sucia contra los Maragall” o "mariachis para Junts". Y, según ha destapado hoy el diario Ara, la empresa Relevance pidió al partido justificar las facturas con informes falsos si fuera necesario.
Son esta clase de situaciones las que, como un hilo, empiezan a desenrollar un ovillo. Por el momento, todo son dudas y es de esperar que durante los próximos días haya más. Se trata de una clásica situación de destape en el que nadie quiere salir perdiendo. ERC, en definitiva, empieza la travesía por el desierto.
¿Cómo se financia una guerra sucia?
Enviar mariachis a los adversarios o imprimir y pegar carteles no es gratis. De hecho, el Ara explica que entre 2022 y 2023 los jóvenes encargados de la guerra sucia facturaron 70.000 euros, de los cuales 15.000 fueron para los carteles. Nuevamente, se trata de una situación prototípica: juventudes del partido haciendo el trabajo sucio a cambio de dinero y consideración.
Para tapar estos pagos, ERC necesitaba diluirlos de alguna manera. Y lo hizo a través de la empresa que el partido tenía subcontratada para la comunicación digital, Relevance.
La novedad que ha destapado el Ara es que el verano pasado el director general de esta empresa pidió a ERC informes (inventados si fuera necesario) para justificar las facturas. De lo contrario, incluso el gerente de ERC, Jordi Roig, tendría dificultades para dar cuenta de los pagos.
Según hemos podido saber hoy, por lo menos desde 2022 fue esta empresa la que asumió los pagos a las juventudes del partido en conceptos difusos como “técnico de comunicación”.
¿Depuración interna?
Desde el partido, niegan la existencia de esta estructura B y admiten que ciertos actos de campaña fueron más bien activismo que campaña. Por ello, han abierto un proceso de depuración interna que, como suele ser habitual, levanta suspicacias. Nadie quiere cargar con más responsabilidad de la justa y proteger así a los verdaderos responsables.
Sobre esto, el protagonista es el exdirector de comunicación, Tolo Moya, que ha denunciando “falta de garantías” en el proceso interno. Critica así mismo la composición de la Comisión Ética por estar “implicada” en el asunto y en ser al mismo tiempo juez y parte.
Con la necesidad de una reorganización interna después de los sucesivos fracasos electorales, cualquier maniobra dentro de ERC para hacerse con el poder puede resultar muy peligrosa. Al fin y al cabo, ERC es un partido como cualquier otro.
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