El doble rasero de Junts: del 'acuerdo histórico' al 'acuerdo de la indignidad'

Cuando del procesismo se trata, la apelación a la “unidad” y a la “nación” son casi siempre a conveniencia. Esto revela que el procesismo, más que un proyecto indepe, ha sido un proyecto de oposición partidista entre dos (Junts y ERC) para disputarse una determinada instancia de poder como es la Generalitat.

Las apelaciones más o menos épicas a la “unidad” y a la “nación” han estado muy presentes durante las últimas jornadas. En realidad, no son más que la presión que el sector juntaire del procesismo le quiere transmitir a ERC. Ahí están las manifestaciones de la ANC, los editoriales de Partal o las declaraciones de miembros de Junts.

En esta labor, los sectores mediáticos tienen una función muy importante. Y si se trata de Junts, la voz de Pilar Rahola es determinante. Su último vídeo es un destilado ideológico que revela que el procesismo - que ha perdido la mayoría - no sabe reaccionar ante una posible presidencia de Illa. 

Acuerdo de la indignidad

“No es a favor de los intereses de la nación catalana”, dice Rahola sobre el acuerdo entre ERC y el PSC. Aunque sea interesado, el análisis de Rahola es bastante exhaustivo y realista. De entrada, se sirve del utillaje habitual.

Habla de Illa como el presidente del 155 y “el hombre que estaba contra la amnistía”. Es decir, que “nada puede justificar” hacerlo presidente. Más allá de las críticas a Illa, Rahola señala la evidencia de que se trata de un “pacto de poder”. Más en particular, un pacto del que Junts está desplazado ante la decisión de ERC de salvar sus muebles.

La última esperanza de Junts es que las bases le lleven la contraria a la dirección. Por esto, el vídeo de Rahola tiene apelaciones emotivas a ERC. “No encontraréis manera de justificarlo”, dice sobre el acuerdo. Así mismo, dice que “ojalá” las bases lo tumben. Aunque se muestra pesimista ante la desmovilización de ERC y la ausencia de líderes republicanos en contra del acuerdo.

Por otra parte, Rahola señala otra evidencia y es que “ERC sabe perfectamente que este acuerdo es humo”. Ciertamente, la materialización del acuerdo, empezando por el pacto fiscal, exige superar una carrera de obstáculos muy incierta. 

Finalmente, y como era de esperar, el plato fuerte que presenta Rahola es la “detención del presidente Puigdemont”. Con aires dramáticos, Rahola dice  “ERC estará poniendo en la presidencia al hombre que avala la represión ¿Cómo aguantará ERC la mirada a la ciudadanía catalana?”.

Al fin y al cabo, Rahola interpreta el acuerdo como un intento del PSOE y del Estado para, aprovechándose de la debilidad de ERC, alejar a los republicanos “del mundo de Junts y la unidad independentista”. Otra vez, se entiende.

Acuerdo histórico

Cuando Junts pacta con el PSOE, en cambio, los acuerdos sí son históricos y con la suficiente fuerza para tumbar al PSOE, al Estado e incluso a los Borbones. En otro de sus vídeos - uno de hace ocho meses - Rahola se refería al acuerdo alcanzado por Junts con el PSOE para la investidura y la amnistía. Si no “histórico”, ese acuerdo sí fue “insólito”, dice la periodista.

Lo que viene a decir Rahola es que si Junts negocia con el Estado, sí es una negociación provechosa y exenta de riesgos. Si lo hace ERC, en cambio, es una traición.

Por aquel entonces, Rahola interpretaba el acuerdo entre Junts y PSOE como un acuerdo que no solo no traicionaba a la “nación catalana”, sino que la “legitimaba”. Es más: se legitimaba un “conflicto histórico” ante el que el PSOE, Puigdemont mediante, se comprometía a coger por los cuernos.

Como el acuerdo de Junts fue de proporciones históricas, Puigdemont también consiguió desligitimar a Felipe VI, a su discurso y, más aún, a toda la dinastía de los Borbones.

En otro ejercicio paradigmático de procesismo metodológico, Rahola explicaba que el acuerdo conseguía "otras cosas enormemente importantes”. Entre ellas, cosas la presencia de mediadores internacionales de alto nivel  o la fiscalización constante de los avances en materia de diálogo. Habrá que conocer pronto cómo va esta fiscalización con la promesa de traspasar las competencias de inmigración a Cataluña.

En cualquier caso, todas estas capacidades analíticas de Rahola no parecen ser suficientes para dar con la verdadera evidencia. Y es no es otra que el PSOE le ha dado el abrazo del oso al independentismo y ha desarmado la  mayoría procesista. La prueba está en que, si se repiten elecciones, la situación sería más o menos idéntica.