Así es el calvario que sufren los funcionarios de prisiones en las cárceles catalanas
Las protestas que ahora protagonizan los funcionarios no pueden sorprender a nadie: hace meses que denuncian la insostenible situación de las cárceles catalanas
El asesinato de la cocinera de la cárcel de Mas Enric, Núria López, ha hecho estallar el polvorín de las prisiones catalanas. Un polvorín que al Govern le ha estallado en la cara y no porque no lo viera venir. Durante meses, los funcionarios de prisiones han denunciado por activa y por pasiva que la situación en su puesto de trabajo era insostenible.
Varios comunicados de denuncia
“Entendemos que usted desconoce completamente lo que sucede dentro de una prisión”. Con estas palabras, el sindicato CSIF se dirigía a la consejera Ubasart el pasado mes de enero. Los funcionarios entendían que la consejera presentaba un discurso buenista que “solo muestra interés por la vertiente de la población reclusa, dando la espalda a sus trabajadores y trabajadoras”.
Ya por aquel entonces los funcionarios ofrecían datos preocupantes sobre su labor: 1.234 trabajadores agredidos o que han sufrido un intento de agresión, lo que arroja casi 3 trabajadores agredidos al día. Por todo ello, pidieron la dimisión “inmediata” tanto de Ubasart como del Secretario, Amand Calderó, ahora en el ojo del huracán. Pero, como era de esperar, la inacción del Govern se mantuvo y, en consecuencia, la situación de riesgo en las prisiones.
Un mes después de este primer comunicado, CSIF emitió otro para denunciar un nuevo episodio de agresiones en la cárcel de Lledoners. Un interno con patologías psiquiátricas atacó a un funcionario y le rompió el pómulo y varias costillas. Durante esa misma semana - explicaron los funcionarios - hubo dos agresiones más y el asesinato de un interno a manos de otro. “¿Qué más ha de pasar para que se tomen en serio la problemática que vivimos en las prisiones catalanas?”, preguntaron de forma tristemente premonitoria.
Ubasart no dimite por “responsabilidad”
Y parece que ha tenido que ocurrir el asesinato de una trabajadora. Un suceso que, además, resulta especialmente escabroso. El interno degolló a la cocinera con la que colaboraba en las labores de cocina y, después, se quitó la vida.
Ha sido esta trágica situación la que ha hecho colmar el vaso y ha llevado a los funcionarios a la protesta. Han bloqueado las entradas de varias cárceles y se mantienen firmes en su postura: se sentarán a hablar si hay dimisiones.
Por su parte, el Departamento de Justicia no lo ve así. Tanto Ubasart como Calderó señalan que dimitir es la “decisión más fácil, pero no la más acertada”. El motivo es que deben “gestionar esta situación, que es muy difícil y compleja”. Así mismo, señalan que el bloqueo de las cárceles obliga a mantener a los reclusos en sus celdas, lo que “aumenta” la tensión y supone un “riesgo” para el personal y para la población reclusa.
Los ex-menas y la población reclusa
Al margen de las agresiones, las cárceles catalanas son el punto de condensación de los problemas de inseguridad que hay en Cataluña. Es en las cárceles donde se concentran las dinámicas que el Govern de ERC se empeña en negar o en desdibujar. Como, por ejemplo, que más de la mitad de la población reclusa sea extranjera, según los propios datos del Departamento de Justicia. O también que alrededor del 62% de los internos menores de 30 años sean extranjeros.
De hecho, E-Notícies tuvo acceso a fuentes penitenciarias que denunciaban que los internos que generaban más problemas eran los ex-menas. “Es una pasada lo que llegan a liarla”, señalaron a este diario. Estas mismas fuentes apuntaban a que la falta de medios y el aumento de jóvenes que acaban en prisión representaban serios problemas de convivencia, incluso para el resto de internos que sí se esfuerzan en su reinserción. Que es algo que los funcionarios reivindican estos días: que ellos trabajan para la reinserción, pero que deben hacerlo con las mínimas condiciones de seguridad.
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