Montaje de fotos de unos niños de espaldas en clase atendiendo a la profesora y, en un primer plano, una imagen de Anna Simó con el rostro cabizbajo
POLÍTICA

Nuevas quejas de los docentes por la última ocurrencia de Anna Simó

Denuncian presiones para acudir a un acto y que la consejera tuviera un éxito ante los medios: mientras, las clases quedaron mal atendidas

El Departamento de Educación no gana para disgustos. El informe PISA empezó un tsunami del que todavía se notan las consecuencias. Después de que los profesores protestaran por las explicaciones del Departamento, ahora critican su última petición.

La huida hacia adelante de Educación

El informe PISA no dejó mucho margen para el análisis: la educación en Cataluña no funciona. El Departamento de la consejera Simó se lio a sí mismo diciendo que se debía al exceso de población inmigrante representada. Luego recogieron cable y empezaron a zozobrar con las explicaciones: pidieron a las familias, por ejemplo, que limitaran las pantallas en casa.

Esto desató la primera de las protestas del sector educativo. En este caso, de las familias de los alumnos, que publicaron este duro mensaje:

Y después vinieron los profesores, que fueron más allá y señalaron un elemento estructural del problema. La educación, dijeron, simplemente está mal enfocada. Denuncian que educar en competencias en detrimento de los contenidos no funciona.

Así lo explicaba Xavier Masó, líder del sindicato de profesores y catedrático de filosofía:

Un acto para quedar bien ante la prensa

Y ahora, el sindicato mayoritario de profesores de secundaria denuncia la última jugada de la consejera Simó. Cuentan que Educación les convocó a un acto y que eso implicó dejar a los alumnos mal atendidos en las clases. Todo con un interés mediático.

“A petición de la consejera, los jefes de los servicios territoriales llamaron a los centros insistiendo que enviaran los docentes a tal acto”. Y continúan: “lo cual parecía buscar que el encuentro fuera un éxito de asistencia ante los medios”. Fue esta presión la que condujo a que las clases quedaran sin la correcta supervisión.

Acusan a la consejera de lo mismo que los funcionarios de prisiones a la consejera de justicia: de vivir al margen de los problemas reales. “Resulta ya obvio que el Departamento de Educación ha hecho caso omiso a la lógica y a la coherencia de los problemas reales de nuestros centros educativos”.

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