6 meses sin Núria: el asesinato que puso en evidencia el sistema penitenciario catalán
Según ha podido saber E-Notícies, la justicia archiva una primera denuncia contra la Generalitat por el 'caso Núria'
El 13 de marzo será, por siempre, una fecha tristemente inolvidable en el mundo de las cárceles catalanas. Este fatídico día, del que hoy hace seis meses, Iulian Odriste asesinó a Núria López, cocinera del centro penitenciario de Mas d’Enric (El Catllar, Tarragona).
Este recluso, que se quitó la vida tras matar a Núria, estaba condenado por el asesinato de una mujer a puñaladas. A pesar de esto, trabajaba en las cocinas de la cárcel y tenía acceso a cuchillos y otros objetos punzantes. El caso no solamente causó una gran conmoción en la comunidad penitenciaria y en la sociedad. También puso en evidencia el sistema penitenciario catalán.
El asesinato de Núria, el caso que hizo cuestionar el sistema penitenciario catalán
¿Cómo podía ser que un asesino, que ya había matado a una mujer a cuchillazos, tuviera acceso a las herramientas potencialmente peligrosas que hay en las cocinas? En el caso de Núria fallaron muchas cosas, empezando por los protocolos.
Funcionarios de prisiones denunciaron a E-Notícies que hubo tratos de favor a Odriste. A pesar de haber agredido a un compañero unos meses antes, la dirección lo destinó igualmente a cocinas. Y lo hicieron sin pasar por las pruebas RisCanvi, un protocolo que evalúa el riesgo de que un recluso agreda a trabajadores u otros reclusos.
Desde hace tiempo, aunque especialmente desde que ERC se apoderó de la política penitenciaria en Cataluña, el sistema parece estar más destinado a proteger los derechos de los delincuentes que los de los trabajadores. Gemma Ubasart, ahora ya exconsejera de Justicia, más allá de negarse a dimitir, siempre alardeaba de estas políticas buenistas. Unas políticas que quedaron en entredicho tras el asesinato de Núria.
A partir de este trágico suceso, los trabajadores de los centros penitenciarios catalanes no han parado de protestar. Exigen que se cambie el enfoque de las políticas en las cárceles para evitar unas agresiones por parte de reclusos a funcionarios que aumentan año tras año. Entre sus demandas está, principalmente, la de que considere a los trabajadores agentes de la autoridad. De hecho, esta es su principal petición a los nuevos responsables del Departamento de Justicia, liderado ahora por Ramon Espadaler.
Seis meses después del trágico 13 de marzo, algo ha cambiado en los centros penitenciarios catalanes. No mucho, dicho sea de paso. Por ejemplo, en las últimas semanas dos asesinos fueron destinados a cocinas y cafeterías de las cárceles de Ponent (Lérida) y de Mas d’Enric. Solo la presión de sindicatos como CSIF, colectivos de trabajadores como Marea Azul y la publicación de la noticia en la prensa hicieron recoger cable a las respectivas direcciones del centro.
Lo que sí que ha provocado el asesinato de Núria López es que se han revisado los protocolos para que los presos puedan acceder a según qué puestos de trabajo en las cárceles. Una revisión que no ha satisfecho a los funcionarios. Y es que se seguirá permitiendo la entrada de asesinos a espacios con acceso a objetos potencialmente peligrosos como son las cocinas.
Eso sí, el nuevo protocolo -que previsiblemente entrará en vigor el próximo 1 de octubre- endurece los filtros para que eso ocurra. Por ejemplo, no se permitirá destinar a este tipo de puestos a reclusos a los que se haya abierto un expediente en el último año. O a los que no hayan estado en aislamiento en los últimos dos. También se exigirá haber cumplido los programas de tratamientos que les correspondan.
Es decir, la decisión de destinar a un preso a las cocinas se basará en su comportamiento en el centro y no en su condena. Además, de poco servirá endurecer los protocolos si, como pasó con el caso de Odriste, estos se acaban saltando.
Archivan una primera denuncia de la familia de Núria López contra la Consejería de Justicia
Según ha podido saber E-Notícies, la justicia ha archivado una primera denuncia penal presentada por la familia de Núria López contra la Consejería de Justicia. Fuentes conocedoras del caso explican a este periódico que esta resolución “era la prevista”. Y es que fue Odriste quién asesinó a la cocinera de Mas d'Enric y, por lo tanto, la responsabilidad penal es exclusivamente suya.
Sin embargo, todavía hay varios procesos en marcha para intentar determinar si la Generalitat tuvo alguna responsabilidad, ya no penal, pero sí administrativa o laboral. De hecho, el Síndic de Greuges ya dejó claro que la Consejería había cometido varios errores a la hora de tratar al asesino de Núria. Se confirmaba así la información publicada por E-Notícies.
El caso es que el archivo de esta primera denuncia se basa, en parte, en un informe interno del propio Departamento de Justicia, considerada información reservada. Eso sí, fuentes cercanas al proceso señalan un hecho que definen “entre curioso y asqueroso”.
Y es que este informe entregado a la justicia no estaba firmado por ningún responsable de la Consejería. Es decir, ni Gemma Ubasart ni su número dos, Amand Calderó. “Es como si le quisieran pasar el marrón a los nuevos responsables del Departament”, nos aseguran. Algo que, al tratarse de un caso de asesinato, consideran “de una bajeza humana brutal”.
Homenaje de los trabajadores a Núria López
Para recordar la figura de Núria López, los trabajadores de los centros penitenciarios catalanes han decidido organizar un homenaje a la que fue su compañera. La cocinera de Mas d’Enric era muy querida por la plantilla y todos ellos la recuerdan con especial afecto.
Este mismo viernes, a las 10.00h, los funcionarios se concentrarán a las puertas del centro penitenciario de Mas d’Enric para recordar a Núria López. Justo cuando se cumple medio año de un asesinato que muchos consideran que se podría haber evitado.
Más noticias: