Pere Aragonès, Vladimir Putin y la geopolítica de pacotilla de la Generalitat
Haría bien el Govern de centrarse en lo que les corresponde. Que, a estas alturas, ya solo pedimos que sea no hundir a Cataluña más de lo que ya han hecho
“El terror perpetrado por Putin no quedará impune”. Con estas palabras, Pere Aragonès se hacía el bravucón en el acto de conmemoración del segundo aniversario del inicio de la invasión rusa en Ucrania, celebrado en el Palau de la Generalitat este viernes. Unas palabras que segurísimo que cambiarán el curso de la historia, de la guerra y de la geopolítica mundial. El presidente de Rusia ya tiembla ante las declaraciones del Molt Honorable President.
Aragonès volvió a omitir el consejo de Josep Tarradellas de que “en la política se puede hacer de todo menos el ridículo”. Y ya van unas cuantas. Es lo que tiene querer jugar a la geopolítica cuando en realidad eres alguien completamente irrelevante en las cuestiones que se debaten en las altas esferas mundiales.
“Cataluña estará al lado de Ucrania para contribuir a la reconstrucción del país”, dijo también el presidente. Esperemos que, para el bien de los propios ucranianos, esto sea un farol. Parece muy osado que un ejecutivo que no sabe ni gestionar una comunidad autónoma (recordemos: sequía, el desastre en educación, la sanidad colapsada, el aumento de la criminalidad…), se disponga a ayudar a construir algo ajeno. Quizás les recomiendan impulsar matemáticas socioafectivas o meriendas con los delincuentes para hacer una Ucrania más próspera.
No es la primera vez que el Govern de la Generalitat hace el ridículo jugando a la geopolítica de pacotilla. Es difícil olvidar lo que dijeron cuando Javier Milei ganó las elecciones en Argentina. “No serán nunca aliados de este gobierno”, dijo la portavoz Patrícia Plaja. Han pasado tres meses y Javier Milei aún se debe estar preguntándose quién carajo es Pere Aragonès.
Después, estos mismos dirigentes que se dedican a dar lecciones de moralidad a jefes de estado como Milei, no tienen ningún problema en tejer alianzas con la Liga Árabe, en la que están representadas varias dictaduras. O en reunirse con representantes de Mauritania -país que castiga con pena de muerte quien tenga relaciones homosexuales- para darle consejos sobre la Agenda 2030.
Haría bien el Govern de centrarse en lo que les corresponde. Que, a estas alturas, ya solo pedimos que sea no hundir a Cataluña más de lo que ya han hecho. Y, en cualquier caso, dejar jugar a los mayores a esto de la geopolítica. Por suerte, al ejecutivo de Pere Aragonès le quedan dos telediarios. Quizás así, dejaremos de sentir vergüenza (que no es ajena porque al fin y al cabo nos representan) escuchando según qué declaraciones.
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