Montaje de Oriol Junqueras y Pere Aragonès mirando hacia lados opuestos
OPINIÓN

La incompetencia de ERC que nos afecta a todos

El problema es que los republicanos, al mando de la Generalitat, quieren arrastrarnos a todos en su particular descenso a los infiernos

Editorial Arnau Borràs

El último CIS ha confirmado la tendencia que hace ya tiempo que vemos: ERC está en caída libre. La parálisis en la que vive instalada Esquerra es realmente digno de estudio. Ni saben negociar en el Congreso -yendo a remolque de Junts-, ni saben cómo gestionar el fenómeno de Aliança Catalana -ni siquiera internamente-, ni mucho menos saben cómo gobernar Cataluña.

El problema es que quieren arrastrarnos a todos en su particular descenso a los infiernos. Al final, que a Oriol Junqueras se le desmonte el chiringuito que tiene montado, -perdiendo votos en cada colada- básicamente les afecta a ellos y a todos los que viven de la teta pública, que desgraciadamente no son pocos.

Pero cuando su incompetencia afecta al día a día de los catalanes, la cosa cambia. La lista de problemas que tiene el Govern de ERC sobre la mesa va aumentando cada vez más. No hace falta hacer la lista entera porque este artículo se haría eterno y ya sabemos cuáles son (educación, sanidad, sequía, inseguridad, huelgas…). Incluso ya cuesta saber cuál es el último incendio que deben apagar desde el Palau de la Generalitat porque no hay día en que no salga una noticia de un nuevo desaguisado gubernamental catalán.

Mientras tanto, mañana será otro día. Agarrados a plaza Sant Jaume, no hay forma de que convoquen elecciones anticipadas. Quizá porque prevén el tortazo electoral al que están abocados. Y porque mientras Salvador Illa no active la palanca, pueden ir sobreviviendo aunque sea agonizando.

Pero una cosa es que se caiga el partido y la otra es que se caiga Cataluña entera. Y la situación se hace cada vez más insostenible. Será un 2024 que se le puede hacer muy largo a Esquerra, pero que también se nos puede hacer largo al resto de catalanes si continúa esta incapacidad de gobernar por parte de un partido y un ejecutivo que no sabe ni de donde sopla el viento.

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