Montaje con un fondo rojo y una silla en blanco y negro con el logo de ERC impreso
OPINIÓN

En estas elecciones, hay quien se juega muchísimo

Hay algunos que juegan su sueldo desorbitado por unos trabajos que, a día de hoy, nadie sabe ni para qué sirven

Editorial Arnau Borràs

El próximo 12 de mayo hay elecciones en Cataluña. Una vez más, hemos oído eso de “en estas elecciones nos jugamos mucho” (como si en las anteriores no hubiese sido así). Y, evidentemente, es así. La composición de un Parlament es una cuestión suficientemente seria para considerar que “nos jugamos mucho”. Eso sí, el 12 de mayo hay quién que se juega muchísimo más que otros.

Porque los catalanes nos jugamos el rumbo que tomará Cataluña en los próximos cuatro años (siendo optimistas, porque ya sabemos que las legislaturas de cuatro años en Cataluña han pasado a ser un animal mitológico). Pero hay otros que se juegan mucho más que eso. Se juegan su sueldo desorbitado por unos trabajos que, a día de hoy, nadie sabe ni para qué sirven.

Sí amigos, os hablo de la famosa “menjadora”. Todos esos altos cargos, militantes enchufados que han desarrollado su vida en el partido o en la administración pública, chupópteros que sin la ayuda del partido no durarían ni dos días en la empresa privada. En definitiva, los grandes beneficiados de las paguitas.

Ahora mismo, todos ellos tienen un denominador común. Depender de ERC para cobrar un generoso sueldo que en su vida tendrían en la privada. Los republicanos llevan dos años gobernando la Generalitat en solitario. Y han podido colocar a amigos, familiares y conocidos en puestos que el ciudadano de a pie apenas tenemos conocimiento de su utilidad.

Más allá de los 135.000 euros que cobra Pere Aragonès (más que Pedro Sánchez) o los casi 120.000 euros que cobran los consellers (dicen que tienen un sueldo elevado por su responsabilidad, pero cuando las cosas pintan feas aquí no dimite nadie -ehem, Gemma Ubasart-), tenemos una multitud de altos cargos que casi nadie conoce y que se llevan un buen pico por un trabajo que seguro que es de gran utilidad, a pesar de que el resto de mortales no sabemos valorarlo.

Secretarios generales con sueldos de 91.000 euros anuales, directores generales que cobran 88.000 euros anuales, altos cargos que se mueven por los 60.000 euros… y eso sin contar los que están colocados en chiringuitos varios dependientes de la Generalitat.

En la cuenta de La Catalunya Woke, el podcast de E-Notícies que narra la decadencia de nuestra querida y odiada Cataluña, llevamos unas semanas haciendo un repaso de varios de ellos. Y, la verdad, es incluso admirable la capacidad que ha tenido este Govern para colocar en puestos de responsabilidad a auténticos vividores que estaría muy bien que un día explicasen en qué consiste su trabajo y qué resultados reales han obtenido. Eso sí, es justo decir que no todos ellos han sido enchufados por el actual Govern.

Por ejemplo, tenemos a Joan Ridao, exsecretario general de ERC que ahora ejerce de director del Instituto de Estudios de Autogovern, un cargo que tiene pinta de ser extremadamente útil para el día a día de los catalanes. 120.000 euros anuales nos cuesta. Nada mal.

Adam Majó, ex de la CUP, ahora bien colocado como director general para la promoción y Defensa de los Derechos Humanos de la Generalitat. Tranquiliza saber que los 92.000 euros que cobra han servido para que ahora el mundo sea un lugar mucho mejor donde apenas se vulneran los derechos humanos. También estuvo en la CUP Mireia Boya, que ha pasado de ser antisistema a formar parte de él gracias a su cargo de directora general de Calidad Ambiental (no os riáis, por favor). Recordemos que los directores generales cobran casi 90.000 euros

Seguimos con Núria Vergés, que ejerce de directora general de Cuidados, Organización del Tiempo y Equidad en el trabajo del Departamento de Igualdad y Feminismos. Lo hace gracias a sus conocimientos, evidentemente. Nada tiene que ver que su hermana sea Alba Vergés, vicepresidenta de la Mesa del Parlament y exconsellera de Salud de la Generalitat por ERC. Eso aseguran desde el Govern y no seremos nosotros quiénes lo pongamos en duda. También 90.000 euros de sueldo.

Sergi Reventós es el actual jefe de la oficina del plan piloto para implementar la Renta Básica Universal. Un proyecto que tiene como objetivo dar paguitas a todo el mundo y del que el Parlament ya mostró su rechazo por mayoría. Pero, aún así, nada ha impedido que siga cobrando sus 80.000 euros anuales.

También tenemos a Eunice Romero, directora general de Migraciones, Refugio y Antirracismo de la Generalitat. 90.000 euros más. Por no hablar de la Consejería de Exteriores, que tiene delegados repartidos por todo el mundo para hacer no se sabe exactamente qué. Por ejemplo, hay uno en Senegal cobrando 90.000 euros.

Así podríamos seguir hasta un rato más, pero imagino que, querido lector, a estas alturas ya te habrás aburrido o ya estarás cogiendo mecheros para quemar contenedores a modo de protesta. En 2020, Nacho Martín Blanco, entonces diputado del PP en el Parlament, afirmó que había hasta 400 altos cargos de la Generalitat con un sueldo más alto que el de Pedro Sánchez. Imagínense. Ellos son, sin duda, los que más se juegan el próximo 12 de mayo.

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