El alto cargo de la Generalitat que cobra 80.000 euros por un proyecto fallido
Sergi Raventós fue nombrado en 2021 jefe de la Oficina del Plan Piloto para Implementar la Renta Básica Universal
La Generalitat de Cataluña se ha convertido en una agencia de colocación con decenas de cargos inútiles o ineficientes, y sueldos astronómicos. Es el caso de la Oficina del Pla Pilot de la Renda Bàsica Universal. Su titular es Sergi Raventós, a quien ERC nombró para el cargo en 2021 con un sueldo de 79.938,62 euros al año.
Sergi Raventós es Doctor en Sociología por la Universidad de Barcelona, y fundador de la Red de la Renta Básica, desde donde promueve los supuestos beneficios de una paguita universal. El Govern anunció en 2021 la creación de la Oficina del Pla Pilot per Implementar la Renda Bàsica Universal. Un organismo adjunto al Departamento de Presidencia con cinco trabajadores, un Comité Científico y un Consejo Asesor.
Según la propia Generalitat, este organismo tenía como misión “coordinar las políticas en el ámbito del diseño y la organización de un plan piloto para la renta básica y hacer el seguimiento”. También “relacionarse con la Unión Europea y las comisiones internacionales que impulsen mejoras y transformaciones en políticas de rentas sociales o experiencias similares a la renta básica universal”. Tres años después de su llegada al cargo, Raventós no ha conseguido poner en marcha un proyecto del cual él mismo reconoce fallos.
Una promesa electoral en el tintero
La Renta Bàsica Universal fue uno de las exigencias de la CUP para votar a favor de la investidura de Pere Aragonès. Sin embargo, todos los partidos excepto ERC, la CUP y En Comú Podem, tumbaron la propuesta en los últimos presupuestos. Sin el dinero para ponerla en marcha, Raventós impulsó una campaña de difusión con sectores y entidades para dar a conocer la iniciativa.
Su objetivo es que en dos años una parte de la población perciba una paga mensual de 800 euros para los adultos y 300 para los menores de edad. El plan piloto consistía en una población de 5.000 personas, empadronadas y con residencia efectiva demostrable. “En otros lugares se ha hecho con grupos reducidos, como personas en paro, pero nosotros queremos cubrir en torno al 90% de la pirámide social”, explicó Raventós.
De esta forma, quieren comprobar qué impacto tiene en las condiciones de vida, en la salud o en las relaciones de un joven o un trabajador de clase media. Pero su impulsor cree que “dos años es poco tiempo para un proyecto que tiene que ser a largo plazo”. De momento, la renta básica universal es otra promesa que ha quedado en el tintero.
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