Las infidelidades marcan un antes y un después en una cita de 'First Dates'

Conocer a alguien y reconocerle que has sido infiel, es un auténtico deporte de riesgo.  Esta situación se vivió en la cita entre Jose y Mónica, tras confesar uno de los dos. La irrupción de este tema determinó si la cita se acabaría ahí, o si se verían en una segunda ocasión.

Jose, un corredor de seguros madrileño de 59 años se presentó a 'First Dates' a conocer a la mujer de su vida. El soltero se ve como una persona muy positiva, que trata de salir siempre hacia adelante, preocupándose de "hacer el bien a los demás". A su vez, se encuentra en mitad del proceso de su divorcio.

"Llevaba veintitantos años casado, había muchas diferencias, sobre todo por mi parte. Después de la pandemia se me ocurrió entrar en una red social de citas y me enamoré", confesaba el soltero. 

Al parecer, el madrileño no tuvo la valentía suficiente para ser sincero y acabó jugando a dos bandas.  "Al final ni con una ni con otra", desvelaba el soltero. Además, mientras conversaba con Carlos Sobera, no paraba de decirle lo emocionado que estaba por conocer a alguien.

Por el otro lado, apareció Mónica,  una matemática de 52 años. El soltero, al verla vivió un gran flechazo, admitiendo que la parecía "súper atractiva y muy elegante". Sin embargo, su cita no tuvo la misma percepción, reconociendo que no le gustaba nada y que "tiene la barba un poco descuidada".

Al estar tan reciente la infidelidad de Jose a su mujer, era evidente que saldría el tema a la luz."No sé cómo viene a 'First Dates'", soltaba la soltera entre risas. Mónica le asestó un duro golpe, exclamándole que "¡eres un poco caso perdido!", algo que Jose trató de enmendar.

A Mónica no le había gustado nada Jose, y encima el hecho de que fuera un infiel le gustó menos. Para ella, su visita a 'First Dates' pasaba de ser una velada romántica a convertirse en una noche llena de surrealismo y risas. 

Aun así, Jose seguía insistiendo en sorprender a una firme Mónica, que no estaba dispuesta a irse del restaurante con el soltero. El soltero le reconoció que estaba conquistado por la matemática, mientras que ella le dedicó unas serias palabras. "Jose, te tienes que reconocer primero", comunicaba la soltera dejándole claro que estaba muy perdido en la vida.