La extraña carta que dejó María Dolores antes de desaparecer: ‘Me pegaste’

El 24 de julio de 1990 es una fecha que los habitantes de la localidad vallisoletana de Medina del Campo nunca olvidarán. Y es que ese día María Dolores Sánchez Moya, de 21 años, desapareció sin dejar rastro. 

María, que trabajaba de asistenta en una casa en Valladolid, invitó a sus amigas a tomar chocolate la tarde siguiente. Eran las fiestas de la Mota, y la madre de María siempre preparaba chocolate para los vecinos. 

Aquella tarde, las amigas de María Dolores se personaron en casa de la madre de la joven, pero ella no apareció. Como contó Tere, la hermana de María Dolores, hace apenas una semana a Telemedina Canal9, la joven tampoco dio señales de vida al día siguiente. Fue entonces cuando Tere y su madre acudieron a la policía a denunciar la desaparición de su hermana. 

"Fuimos a la policía a poner la denuncia. Nos dijeron que al tener 21 años había que esperar 48 horas, que a lo mejor había sido una riña", cuenta Tere en la entrevista. 

Ante las dudas de la policía, la familia de María se personó en la casa en la que trabajaba la joven. Allí, la mujer para la que trabajaba les contó que tampoco sabía nada de la joven y que no le había pedido su sueldo por adelantado, por lo que la familia descartó la desaparición voluntaria. 

Tere y su madre acudían todos los días a comisaria para denunciar la desaparición de María. Pese a las insistencias de la familia, Tere asegura que "no nos dejaron poner la denuncia hasta octubre, y desapareció en julio". 

María confesó en una carta que su novio la maltrataba

María escribía hojas y hojas en las que escribía su vida. Aquel julio, María acababa de cortar con su novio, al que conoció con 17 años. "Hoy ha sido duro para mí", así empezaba una carta que María no llegó a entregar. 

"Yo para ti seguiré siendo una guarra, ¿no? Que si ando con unos o con otros (…) que soy simpática con todos (...) Si yo me he ido de tu lado es porque me estabas echando continuamente (...) Luego llegó un día y me pegaste. No puedo escribirte más, te quiero demasiado, pero me hace mucho daño", escribía María en una carta para su exnovio.

Tere y su hermana Jesusa, encontraron la carta de María a los pocos días de que la joven desapareciera. Las dos hermanas fueron a buscar al exnovio de María para preguntarle sobre su paradero. "No sé donde está. Lo dejamos hace una semana, por aquí no hace falta que vengáis", fue la respuesta que les dio el joven. 

Tere y Jesusa le acusaron de pegar a María. "Contestó que mi hermana tenía fantasías, bobadas en la cabeza. Que la pegó cuando se lo merecía", recuerda Jesusa.

Las amigas de María Dolores, con las que había quedado aquel día, le contaron a la familia de la joven que su novio la agredía. Las chicas les contaron que el joven nunca le había pegado en la cara, pero sí en el cuerpo, y que ellas habían visto los moratones. "Era un maltratador", comentaron. 

Cuando por fin pudieron poner la denuncia por desaparición, la policía preguntó a la familia, las amigas y al exnovio de María Dolores. El joven afirmó entonces que poco después de desaparecer, María lo llamó y le dijo que estaba en Barcelona con su hermano, que vivía allí. El hermano de María Dolores, negó completamente la versión del joven:"Ni la he visto, ni ha estado aquí, ni me ha llamado". 

Tras varios indicios que no llegaron a nada, la familia de María Dolores Sánchez Moya, nunca ha dejado de buscarla. Durante mucho tiempo empapelaron Medina del Campo y otras localidades cercanas con carteles, pero después de 33 años, nunca han conseguido saber qué le pasó a su hermana aquel 24 de julio de 1990.