Sube la tensión entre la extrema izquierda y Aliança Catalana

Se acumula la tensión entre grupos de la extrema izquierda catalana y Sílvia Orriols. Todos estos grupos, desde el SPEC hasta la CUP y pasando por Arran, han encontrado en Aliança Catalana una manera de luchar contra el “fascismo”. Pero con sus caricaturas y acciones minoritarias lo que consiguen es precisamente darle visibilidad a Orriols.

Esta es la gran paradoja que hay con Aliança Catalana y que Alejandro Fernández ya señaló. Según el líder del PPC, lo inteligente para desactivar a Orriols es enfrentarla de cara en el Parlament, como un actor político más. De lo contrario, el arrinconamiento político y mediático llevan a realzar su figura.

La marginación a Orriols

El ejemplo más claro es el del cordón sanitario, que margina tanto a los votantes de Aliança Catalana como a sus dos representantes. Esto explica que las intervenciones de Orriols tengan mucho más recorrido mediático que su influencia real. El último ejemplo lo vivimos en el último debate de política general del Parlament, en el que Orriols fue con todo.

Paralelo a todo esto, los desafortunados episodios contra Orriols también han aumentado su popularidad. El ejemplo más claro fue el del humorista Joel Díaz, que hizo un soez juego de palabras con el nombre de un hijo de Orriols. Un hecho tan intrascendente como este llevó incluso al Govern a pedirle explicaciones al CAC.

Finalmente, también hay que destacar la manifestación que hay convocada para mañana en Ripoll. La han organizado varios grupos de extrema izquierda para mostrar su apoyo al casal popular La Metxa, que tiene la orden municipal de cerrar. Esto se ha interpretado como una batalla política que ha llevado a todos estos grupos a manifestarse en una localidad a la que nunca le habían prestado atención.

¿En Ripoll votan mal?

Además, en el caso de Ripoll ocurre que Orriols ha ido obteniendo apoyos populares progresivamente hasta acabar consiguiendo la alcaldía. De este modo, los grupos de extrema izquierda no solo visibilizan a Orriols, sino que también dan la sensación de enmendar a las urnas. Esto es algo que la propia Orriols ha remarcado una y otra vez para dotarse de legitimidad democrática.

Finalmente, hay otra diferencia fundamental entre Aliança Catalana y estos grupos. Y es que AC tiene un apoyo popular mucho más transversal, que no se reduce a las minorías muy ideologizadas, como es el caso del SPEC. En última instancia, lo que ocurre es que la extrema izquierda paga el precio de la caricatura que han hecho del adversario.