Marta Rovira con chaqueta azul y camiseta blanca gesticula con las manos levantadas mientras habla en un podio amarillo con la inscripción "Consell Nacional" frente a un fondo amarillo con el texto "esquerra.cat".
POLÍTICA

Un sector del independentismo da un ultimátum a ERC

El procesismo se lanza amenazas entre sí después de perder la mayoría social y política en Cataluña

Con el fin de controlar el relato mediático, las negociaciones entre partidos suelen estar llenas de ruido y bombas de humos. Porque no se trata solo de alcanzar un acuerdo, sino de venderle el acuerdo al electorado.

Al mismo tiempo, los acuerdos de gobierno tienen un punto innegociable con mucho oropel a su alrededor. En el caso de ERC y el PSOE, este punto innegociable es un nuevo sistema de financiación para Cataluña. Todo lo demás es relativamente secundario, sobre todo para ERC.

Soberanía fiscal o repetir elecciones

El origen de esta situación está a la vista. ERC se hundió en las pasadas elecciones y asumió que la única salida a corto plazo era pactar con el PSC. A partir de aquí, se desataron las presiones procesistas.

Marta Rovira y Carles Puigdemont con cara de pocos amigos y de fondo una imagen difuminada del Parlament de Catalunya

Ante esta situación, la solución de los republicanos ha sido intentar apuntarse un éxito lo suficientemente grande como para resistir a estas presiones. Es decir, conseguir la “soberanía fiscal” y no una simple reforma ya contemplada en el estatuto de autonomía.

Como efecto derivado, ERC le intenta trasladar al PSC las presiones en forma de fechas límites y ultimátums. En esencia, pero, los ultimátums se reducen a uno: conseguir esta soberanía fiscal o repetir elecciones.

Asunto diferente es que los socialistas - que conocen el estado de los sondeos - acepten bailar con el compás de los republicanos.

Las amenazas sin recorrido de la ANC

El procesismo de Junts y sus satélites observa toda esta situación con nerviosismo. Si el tripartito sale adelante, será la confirmación de que el procés es historia y, por lo tanto, de que Junts se va a la oposición con un destino bastante incierto.

En este sentido, uno de los altavoces procesistas que más presiona a ERC es la ANC. Ayer, por ejemplo, instaban a recuperar por enésima vez la unidad independentista. A pesar de los pocos resultados que obtiene la ANC, lo cierto es que no cesan en su empeño.

Dos hombres posan frente a un cartel amarillo con el texto

Hoy mismo, la ANC ha vuelto a señalar a ERC con este juego de ultimátums cruzados entre perdedores.

“Delante de un estado opresor y que incumple las promesas, no se puede negociar. Ningún pacto con los partidos del 155 nos hará libres”, dice la ANC antes de compartir su conclusión, “Este es nuestro ultimátum: independencia o independencia”:

Lo que no está claro es qué recorrido pueden tener esta clase de advertencias con un procesismo que ha perdido la mayoría absoluta y que las encuestas no se la devuelven en caso de repetición electoral.

La única esperanza que pueden albergar Junts y la ANC es que las bases republicanas tumben el acuerdo y apuesten por el discurso nacionalista que necesita el expresidente Puigdemont. Aunque sea al precio de enfrentarse otra vez a las urnas.

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