Hombre calvo con camisa azul y bufanda amarilla frente a un fondo con los logotipos de dos partidos políticos.
POLÍTICA

Escepticismo y críticas ante el enésimo llamamiento a la unidad independentista

Se acerca la presidencia de Salvador Illa y eso desata los nervios en parte del establishment procesista

“Agenda por la Independencia”, así se llama la última propuesta de la ANC para resucitar el procesismo. En realidad, se trata de otro intento de presión a ERC para que no hagan presidente a Salvador Illa.

Para la ANC, que los tres partidos procesistas - Junts, ERC y CUP - firmaran este acuerdo significaría “un revulsivo para recuperar la mayoría independentista”. Pero a tenor de las reacciones, el electorado nacionalista no parece moverse de su desengaño hacia el procés.

Montaje con dos primeros planos de Salvador Illa a la izquierda y Pere Aragonès a la derecha, mirándose uno a otro

La ANC, la agonía del procesismo

La semana pasada, explicábamos que los más interesados en estas maniobras de presión sobre ERC son los de Junts. Desde tierra, mar y aire, los juntaires estimulan el discurso nacionalista para llevar a ERC hasta su límite. Especulan incluso con la posibilidad de que Puigdemont sea detenido para retratar a ERC.

El objetivo es tan prosaico como repetir elecciones para acercar todo lo posible una presidencia de Puigdemont. De lo contrario, el expresidente tendría que dimitir (en teoría) y eso llevaría a Junts a una travesía en el desierto de la oposición. ERC, en cambio, mantendría alguna cuota de poder desde la que poder reorganizarse.

En este sentido, uno de los entes más interesados en mantener con vida al procesismo es la ANC. De hecho, el líder de la ANC, Lluís Llach, se ha significado bastante durante los últimos días pidiendo a ERC que no firmen un pacto de gobierno con el PSC.

Ahora, la ANC ha vuelto a la carga con otra propuesta de unidad independentista. Pero lo cierto es que ha despertado más escepticismo que ilusión.

Dudas y mucho escepticismo

Esta propuesta se organiza en torno a lo que la ANC ha bautizado como “Agenda por la Independencia”. La petición fundamental es que Junts, ERC y CUP tengan esta “agenda” como punto de debate de la próxima legislatura si hay mayoría independentista.

Suponiendo que hubiera esa improbable mayoría independentista, la ANC propone un espacio para “exigir, desde la calle y las instituciones, las estructuras de Estado que Cataluña necesita para afrontar los retos democráticos, lingüísticos y económicos que amenazan la supervivencia como nación avanzada”.

En última instancia, se trata de otro despliegue de lógica política procesista conocida por todos. En este sentido, la ANC insiste en “la proyección internacional de la demanda independentista” o la “culminación de la escalada de la tensión y nuevo embate para hacer efectiva la independencia”.

En otro contexto, esta invitación a la unidad tal vez hubiera funcionado. Ahora, sin embargo, el desengaño del electorado nacionalista es muy elevado. Al margen, claro, de que han surgido partidos como Aliança Catalana, que reclaman una postura indepe y netamente anti-procesista.

A través de un mensaje en redes sociales, AC calificaba el procés como “la estafa piramidal más grande de la historia reciente de Cataluña”.

Así mismo, figuras cercanas a Orriols como el Sergi Maraña también han mostrado sus recelos ante esta propuesta. “Lo que tendría que reclamar la ANC”, dice Maraña a sus seguidores, “es una renovación real y no postiza de todas las cúpulas de los partidos procesistas”.

De la misma manera, el anuncio que la ANC hizo en redes sociales para esta propuesta se llenó de usuarios que mostraban su incredulidad ante el agónico intento de resucitar el procés.

“Fin de tomar el pelo a la gente”, “No tenéis ninguna credibilidad”, “Seguís siendo el engaño del país” o “Yo todavía no entiendo cómo todavía sois capaces de engañar a alguien”.

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