La política catalana se prepara para un otoño caliente
Casi todos los partidos se reestructurarán: vienen cambios importantes
Entre mayo de 2023 y 2024 ha habido hasta cuatro elecciones: municipales, generales, europeas y catalanas. Ahora, con el ciclo electoral finalizado, la mayoría de partidos en Cataluña abordarán sus respectivos procesos de reestructuración. Vienen cambios importantes en casi todas las formaciones del arco parlamentario.
El PSC ha iniciado el curso político de la mejor forma posible. Con el PSOE gobernando en España, los socialistas catalanes hacen lo mismo en Cataluña, en Barcelona y en la Diputación de Barcelona. Es decir, las tres principales instituciones. En la casa de Salvador Illa se esperan pocos cambios. Sin embargo, el PSOE sí que celebrará su congreso.
En él, se espera que Pedro Sánchez haga cambios y que el PSC siga cogiendo protagonismo dentro de la estructura nacional. El actual presidente del Gobierno está en la Moncloa, en gran parte, gracias a sus buenos resultados electorales en Cataluña. Y eso convierte al PSC en una de las secciones regionales (si no la que más) con más peso en la casa socialista. Algo que, previsiblemente, quedará plasmado tras el Congreso Federal que tendrá lugar en Sevilla el 29 y 30 de noviembre y 1 de diciembre.
La otra cara de la moneda: el procesismo
Mientras el viento sopla a favor de la familia socialista, el procesismo vive una situación totalmente inversa. ERC y Junts deben reconfigurarse tras los últimos fracasos electorales y este otoño vivirán sus respectivos congresos que serán cruciales para su futuro.
Los juntaires celebrarán su congreso entre el 25 y el 27 de octubre en Calella. En él, se prevé que Carles Puigdemont vuelva a ostentar la presidencia del partido, un cargo que dejó hace un par de años. El expresidente de la Generalitat nunca ha dejado de ejercer de líder de la formación, pero ahora todo apunta a que volverá a hacerlo con cargo orgánico, siendo proclamado, de nuevo, presidente de Junts.
Esto provocará el adiós de Laura Borràs de la cima de la estructura del partido. La actual presidenta de Junts, condenada por corrupción, ya ha dicho que no presentará batalla a Puigdemont. Y asumirá que sea relegada a otros cargos orgánicos dentro de la formación. Tras perder la guerra interna que mantenía con Jordi Turull, Borràs verá todavía más debilitada su posición dentro de Junts. También es probable que gente afín a ella, como Aurora Madaula (ahora vicepresidenta del partido), también se queden sin el cargo que ostentan actualmente.
Más dura será la batalla en ERC, que ha vivido un ciclo electoral desastroso con la pérdida de centenares de miles de votos. Junqueras dimitió como presidente tras las elecciones europeas. Más de 1.000 dirigentes y exdirigentes firmaron un manifiesto para pedirle no optara de nuevo al cargo que ha ocupado en los últimos 13 años. Sin embargo, él ha decidido plantar cara al sector que ahora dirige el partido, que está liderado por Marta Rovira.
En el congreso que se celebrará el 30 de noviembre, Oriol Junqueras se enfrentará al sector ‘rovirista’. Marta Rovira ya ha anunciado que dejará su cargo como secretaria general, pero junto a otros dirigentes (como Pere Aragonès, Laura Vilagrà o Marta Vilalta) han impulsado una “alternativa a Junqueras”.
Por ahora, esta alternativa no tiene un líder definido, pero sí que se sabe que quiénes la liderarán serán nombres como Raquel Sans, actual vicepresidenta del Parlament, Teresa Jordà, diputada en el Congreso, o el polémico alcalde de Manresa, Marc Aloy. En los próximos días y semanas se conocerá quién será, dentro del sector de Marta Rovira, el aspirante a presidente de ERC. Han sonado con fuerza nombres como el de Roger Torrent o incluso Carme Forcadell, los dos expresidentes del Parlament.
El tercero en discordia dentro del mundo procesista es la CUP. El 21 de septiembre, los cupaires celebrarán su asamblea nacional para completar su eterna refundación, a la que ellos mismos han llamado ‘Procés de Garbí’. Tras más de un año de debates, discusiones y asambleas, los anticapitalistas aprobarán su nueva hoja de ruta y, quizás, sus nuevos liderazgos. Y todo, con el objetivo de intentar frenar su decadencia, que les ha llevado a la irrelevancia política. De hecho, ya se quedaron sin representación en el Congreso, perdieron muchos concejales en las municipales y, por poco, no se quedan fuera del Parlament.
Los Comuns también preparan cambios
El otro partido que no ha parado de vivir batacazos electorales constantes han sido los Comuns. Perdieron la alcaldía de Barcelona, forman parte de un Sumar que las encuestas auguran una caída espectacular y en Cataluña bajaron hasta los seis diputados.
Por suerte para ellos, la aritmética parlamentaria les ha permitido -a diferencia de la CUP- ser decisivos en la investidura de Salvador Illa (y previsiblemente lo seguirán siendo a lo largo de la legislatura). Jéssica Albiach ya dijo que el partido necesita nuevos liderazgos, aunque no ha dado pistas de si ella hará un paso al lado.
Tampoco tiene previsto dar por finalizada su etapa en la primera línea política Ada Colau, que dejará el Ayuntamiento de Barcelona temporalmente. Sin embargo, se trata de un paso al lado provisional, ya que tiene previsto no solamente seguir siendo importante en la cúpula de la formación, sino que tampoco descarta volver a ser alcaldable en la capital catalana para las municipales de 2027.
Se prevé, pues, que los Comuns hagan aquello tan típico de algunos partidos de decir que se renovarán, pero renovándose entre poco y nada. La falta de activos políticos y vivir una situación delicada electoralmente (el 12 de mayo no obtuvieron representación ni en Tarragona, ni el Gerona, ni en Lérida) seguramente provocará que sigan las mismas caras de siempre y el mismo plan de siempre: ser la muleta del PSC. De hecho, nadie descarta que, con la marcha provisional de Colau, pacten con Jaume Collboni para formar parte del gobierno municipal de Barcelona.
La tranquilidad del PP, de Vox y de Aliança Catalana
Los que vivirán un otoño tranquilo serán las otras tres formaciones del arco parlamentario. El PP catalán ya anunció que no tiene previsto celebrar ningún congreso y que, por lo tanto, Alejandro Fernández seguirá liderando el partido en Cataluña. Todo, después de pasar de 3 a 15 diputados en las últimas elecciones catalanas. Los populares están en un buen momento y no quieren ahora reabrir las heridas entre el sector ‘alejandrista’ y Génova, que tuvieron sus más y sus menos en los últimos meses.
Tampoco hará cambios drásticos Vox. A pesar de que las encuestas les auguraban una bajada, el pasado 12-M consiguieron mantener los 11 diputados en el Parlament que ya consiguieron en los resultados históricos de 2021. Ignacio Garriga no solamente ejerce de líder indiscutible de la formación en Cataluña, sino que además forma parte del núcleo duro del partido a escala nacional. Actualmente también es una de las manos derechas de Santiago Abascal, ejerciendo de vicepresidente de Vox.
Finalmente, Aliança Catalana también inicia el curso sin frentes abiertos. El objetivo de los de Sílvia Orriols, que ya celebraron su congreso tras las elecciones del 12 de mayo, es seguir creciendo en estructura. Tras su irrupción en la política catalana en el último año con la entrada de dos diputados en el Parlament (a pesar del boicot y difamaciones de los principales medios subvencionados en Cataluña), el partido de la alcaldesa de Ripoll sigue su camino, sin prisas, para ser cada vez más relevante en la política catalana.
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