Plano medio de Andoni Ortuzar y Jordi Turull dándose la mano y sonriendo mirando a cámara
POLÍTICA

Hasta el PNV se opone a la idea más disparatada de Junts con las empresas

A los aliados del norte de Junts no les interesa la vuelta de las empresas a Cataluña: maniobran con el Gobierno para impedirlo

El nacionalismo vasco y catalán se ayuda mutuamente, pero solo hasta cierto punto. El PNV no quiere que las empresas que se instalaron en Euskadi vuelvan a Cataluña. Los nacionalistas vascos piden discretamente al ministro Bolaños que no promueva la vuelta de las empresas.

El efecto sísmico de los acuerdos

Junts ha marcado la política española en su conjunto. Ya sea para ponerse a favor o en contra, todos hablan de los últimos logros negociadores de Puigdemont. Pero el actual sistema de intereses es demasiado amplio como para que el asunto no produzca inestabilidad.

Lo vimos con la cuestión “progresista” del Gobierno: el traspaso de la inmigración le vino de sorpresa a Sumar, que no sabe cómo justificar que sea una medida de izquierdas. Por otro lado, figuras del propio PSOE como García-Page dicen que si esto lo hubiera pedido Vox todavía estaríamos gritando. Por su parte, la derecha denuncia los acuerdos y los niega en su totalidad.

A escala nacionalista, ERC no compra los acuerdos porque le ve las orejas al lobo: el descalabro en las próximas autonómicas. Por otro lado, el PNV aprovechó para ejercer el efecto imitador de todo nacionalismo y pidió también el traspaso de la inmigración. Pero según ha podido saber ElConfidencialDigital, los del PNV habrían pedido algo más.

Banderas sí, empresas no

Uno de los acuerdos inconcretos del PSOE con Junts es la vuelta de las empresas a Cataluña. Los de Puigdemont buscaron el ruido con este tema y lo encontraron: las famosas sanciones a las empresas. Lo justificaron diciendo que se trata de cumplir la Ley de Sociedades, la misma que los empresarios catalanes pidieron cambiar para poder huir.

El caso es que fueron las otras Comunidades Autónomas las que se beneficiaron de este desbandada empresarial. Nada menos que 4.500 empresas cambiaron la sede social para protegerse de la inestabilidad política del procés. Algunas de ellas fueron a Euskadi y en Euskadi se tienen que quedar, dice el PNV.

El PNV está moviendo el asunto con discreción. Más que nada por las afinidades ideológicas y pragmáticas con Junts. Esto viene a reflejar la precariedad de la mayoría de investidura: entenderse a nivel ideológico tal vez no lo sea a nivel económico y viceversa. 

➡️ Política

Más noticias: