El Parlament allana el camino a Sílvia Orriols
Los principales partidos catalanes siguen preocupados por quién capitaliza el malestar por aumento de la delincuencia en Cataluña
Que la delincuencia ha aumentado en Cataluña no es una percepción. Se trata de una realidad respaldada con datos proporcionados por los propios organismos oficiales. Las administraciones cada vez tienen más complicado obviar la cuestión. Pero siguen empeñados en quitar hierro al asunto, mientras se preocupan por que esto no beneficie a la “extrema derecha”. Así quedó patente de nuevo en la sesión de este martes en el Parlament.
Pere Aragonès y el conseller de Interior, Joan Ignasi Elena, comparecieron ante la cámara catalana para hablar de seguridad y delincuencia. Admitieron que los hechos delictivos van en aumento, pero centraron sus esfuerzos en repetir una y otra vez que “Cataluña es un país seguro, a pesar de todo”. Elena incluso llegó a decir que “más de la mitad de los delitos tienen una dimensión poco grave desde el punto de vista de la agresión a las personas”.
En el último año, la criminalidad en Barcelona ha aumentado un 11,3%; las agresiones sexuales con penetración, casi un 30% en Cataluña; y los homicidios y asesinatos un 50%, también solo en territorio catalán. Eso según datos oficiales.
Mientras las estadísticas y también la percepción de inseguridad va en aumento, los principales partidos catalanes siguen abordando esta problemática con complejos. “Tenemos que evitar un discurso del miedo que se quiere imponer desde la extrema derecha, que pretende poner en riesgo la cohesión social”, alertaba Pere Aragonès en la tribuna del Parlament. Por este motivo, el president de la Generalitat pidió un pacto “de país para evitar que la seguridad sea utilizada como arma partidista”.
En muchas ocasiones, esta parece ser la principal preocupación de casi todos los partidos del arco parlamentario. No tanto el aumento de la delincuencia, sino el hecho de quien pueda capitalizar el descontento respecto a este aumento. Y en este contexto, quien habla sin tapujos sobre esta cuestión es Aliança Catalana, el partido de Sílvia Orriols.
La formación liderada por la alcaldesa de Ripoll es la única, junto a Vox, que afronta el debate sobre la seguridad sin relativizar datos ni realidades. Y, mientras los principales partidos del Parlament siguen con el discurso de culpar a las “desigualdades sociales” del aumento de la delincuencia, se le allana el terreno a Sílvia Orriols para que acabe haciendo mella en las próximas elecciones autonómicas.
Si solo partidos como Aliança Catalana hablan de problemas reales que sufren los ciudadanos, es probable que acaben capitalizando el descontento de la gente sobre ciertas cuestiones. Porque cada vez hay más personas que ya no se creen el relato buenista que predomina en el Parlament. Y no dudarán en votar a formaciones que sí que hablan de las preocupaciones que tienen, aunque sean acusados de "extrema derecha", "reaccionarios" y demás improperios.
Hechos contra discursos
Ya lo vimos en Manresa. Las autoridades y colectivos woke se apresuraron a relativizar el aumento de la delincuencia en la capital del Bages tras la famosa pelea multitudinaria entre marroquíes y dominicanos. Incluso culparon a los ciudadanos y comerciantes que pedían más seguridad de “hacerle el juego a la extrema derecha”. Unos días más tarde, se publicaron datos oficiales que confirmaban el aumento del 14% de los delitos en la ciudad.
Poco después, el Govern presentó un plan de choque en Manresa prometiendo más patrullaje en las calles. La Generalitat admitía en la práctica lo que se negaba a reconocer en sus discursos. Ya se sabe que el primer paso para solucionar un problema es admitirlo y hablar de ello sin complejos, algo que parece que les cuesta a los principales partidos del Parlament.
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