Montaje de Alejandro Fernandez y Ignacio Garriga con el Parlament de fondo

POLÍTICA

El pacto no escrito de 'no agresión' entre Vox y el PP en Cataluña

Harán la guerra por separado y buscando el mismo objetivo: colonizar el espacio que deja Ciudadanos

Si quitamos al PSC de la ecuación, el espacio electoral que vivirá más cambios en Cataluña será el constitucionalista. Más incluso que el independentista. Y es que todavía está por ver el impacto que tendrá Orriols y mucho votante de ERC es probable que se traslade al PSC. En el espacio constitucionalista, en cambio, esto es inverosímil.

Un votante de Ciudadanos no trasladará su voto hacia fuerzas independentistas. Por esto, la mutación del electorado unionista que provoca la desaparición de Ciudadanos es una mutación interna y que tiene su lógica propia. Más aún si tenemos en cuenta que el “sanchismo” -  la política de bloques heredada de Pablo Iglesias - ha modificado por completo lo que significa el constitucionalismo en Cataluña.

Es decir, que si un votante unionista catalán antes acababa en Ciudadanos, ahora lo hará en Vox o en el PP. Una vez establecido este nuevo tablero, solo queda por ver el tipo de competición que tendrán entre sí ambas formaciones. Por lo que parece, será una competición que no buscará el cuerpo a cuerpo.

Cornadas, las justas

Lo explicábamos en E-Notícies el pasado lunes: Vox se centrará en la inmigración y en la inseguridad. Estos serán los dos puntales de su discurso electoral. De hecho, el partido de Abascal y de Garriga ya ha intentado llamar la atención con su impactante campaña pidiendo deportaciones. Y le ha salido bien. Ha conseguido que ERC entre al trapo y les presente una denuncia por presunto delito de odio.

Cartel electoral de Vox con el lema '¿Delincuentes en tu barrio? Nosotros tenemos su billete de vuelta'

Esto apunta a que Vox pescará en el electorado unionista más preocupado por la inmigración y la inseguridad. Aunque esto no significa que vaya a rebajar su crítica al procesismo o que le vaya a ceder ese ámbito al PP. Por el contrario, lo mantendrá y lo redoblará. Pero desde Vox son conscientes de que la subida del PPC es difícil de detener porque, entre otras cosas, si alguien ha sido netamente anti-procesista durante los pasados años, ese es Alejandro Fernández.

De la misma manera, el PPC no va a desatender el debate de la inmigración y la inseguridad. De hecho, el propio Alejandro Fernández ya ha explicado su postura con respecto a estos temas. También pide deportaciones, luchar contra la multirreincidencia, ser tajantes con la okupación, etc. Es, en definitiva, la postura de García Albiol. Por el resto, el núcleo de la campaña del PPC será capitalizar todos sus años de oposición al procés en el Parlament. Fernández lo deja claro cada vez que habla: su rival es sobre todo el PSC y el procesismo. 

Plano medio de Alejandro Fernández de perfil, hablando desde el atril del Parlament de Cataluña con un traje marrón

Será una campaña, pues, que reducirá al máximo tolerable la competición directa. Por el contrario, asistiremos a una reafirmación ideológica de cada partido y que irá por separado. A excepción de algunos toques de atención desde redes sociales, lo más probable es que los únicos espadazos aparezcan en el debate que reúna a todos los candidatos.

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