La otra cara del acuerdo ERC-PSC: más chiringuitos y despilfarro
El acuerdo prevé una importante creación de tejido administrativo: oficinas, comisiones, consorcios, delegaciones, etc.
El diablo está en los detalles. Y cuanto más indefinido es algo, más espacio hay para el diablo. El acuerdo alcanzado entre ERC y PSC es un buen ejemplo.
Más allá de la grandilocuencia de ERC, casi todo el mundo tiene claro que es un pacto muy etéreo. Sobre todo en las materias importantes como el “concierto económico solidario”.
Además de que este concierto económico se tiene que aprobar en el Congreso, falta infraestructura, medios y superar los obstáculos habituales (recursos judiciales, incumplimientos, etc.).
Se trata, pues, de un acuerdo para satisfacer dos intereses partidistas. Por un lado, los de ERC, que necesitaba evitar la repetición electoral a toda costa. Por otro lado, los del PSC, que quiere instalar cuanto antes a Salvador Illa en la Generalitat.
Pero toda esta inconcreción no es inocua. Por el contrario, exige un enorme despliegue administrativo, es decir, gastos y “chiringuitos”. Nunca se insistirá lo suficiente en que hay muchas personas muy interesadas en instalarse en toda clase de puestos administrativos.
Si el acuerdo ERC-PSC sale adelante, estas y otras personas podrán estar de enhorabuena. El pacto contempla toda clase de comités, oficinas, convenciones, etc. Hacemos ahora un repaso a algunos de los “chiringuitos” más destacados.
En el fondo, se trata una concesión del PSC a ERC par darle una mínima continuidad a las políticas del presidente Aragonès.
Más administración
Como es habitual, todos estos entes administrativos tienen nombres complejos y se inscriben en algún área de gobierno (Economía, Igualdad, Exteriores, Educación, etc.). De entrada, hay un área que, en Cataluña, es una verdadera fuente de chiringuitos: la resolución del “conflicto político”.
En este sentido, el acuerdo contempla la creación de una Oficina para gestionar la Convención Nacional para la resolución del conflicto político.
“El objetivo de la Convención”, dice el texto del acuerdo, “es promover un debate a nivel político, social y ciudadano sobre cómo abordar la resolución del conflicto político existente”. Para ello, se creará una Oficina que “asegure los recursos humanos, técnicos y materiales para desarrollar sus labores”.
En materia educativa está uno de los platos fuertes: el acuerdo contempla nada menos que la creación de un “Departamento de Política Lingüística”. De este nuevo departamento penderán multitud de otros entes administrativos, como un “centro de investigación en política lingüística, aprendizaje y uso de la lengua”.
Por otro lado, la proyección internacional de la Generalitat continuará siendo una notable fuente de chiringuitos. Además de los ya existentes y que dependen de Acción Exterior, el acuerdo prevé la creación de, por ejemplo, el “Cuerpo de Acción Exterior” o la “consolidación y ampliación de la red de delegaciones actuales”.
Así mismo, habrá un aumento de la participación de Cataluña en “organismos y agencias internacionales”. Según se lee en la página 13 del acuerdo, estos organismos son “ONU, UNESCO, OMS, EUROPOL, ONU mujeres, ONU habitat, UNRWA, FAO, OCDE, OCHA, UNDP, UPM, ...”. Y tampoco faltará el “Foro Catalán por la Paz”, del cual ya dimos cuenta en E-Notícies.
En otro orden de cosas, también destaca la creación de una “Oficina del Govern”, que estará adscrita al Consejo Catalán del Deporte y que “promoverá las selecciones deportivas catalanas”.
Los ejemplos, en fin son muy numerosos y no es posible listarlos todos.
Lo que sugiere toda esta creación de tejido administrativo es, además de mantener los intereses creados, que ERC quiere continuar con las políticas del presidente Aragonès. Algo que entra en conflicto con el programa electoral del PSC, que en mayo prometía una auditoría “para conocer ineficiencias de los diferentes sistemas[públicos]”.
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