El negocio de ser pacifista en Cataluña

La noticia es de hace unas pocas semanas: la Generalitat anunciaba la creación de un nuevo organismo denominado ‘Fòrum Català per la Pau’. Las reacciones en redes fueron las habituales cuando se trata de estos asuntos. Acusaciones de desperdiciar dinero público, críticas a la Cataluña de los “chiringuitos” y, en general, una indignación teñida de ironía y sarcasmo. Tal y como se anunció, el Fòrum se había creado como “un proceso participativo para fortalecer el movimiento de la paz en Cataluña”.

La noticia quedaría ahí si no fuera porque una mínima investigación conduce a una red de entes y organismos destinados a defender la paz. Desde E-Notícies ofrecemos ahora un mapa de esta red todo lo riguroso que nos ha sido posible. No entramos a valorar la idea de la “paz”, de la “cultura de la paz” o de la conveniencia de defender estas ideas. En este sentido, ya se han publicado algunos artículos críticos desde la propia prensa procesista.

Desde este medio hemos procurado ponernos en contacto con algunos de estos organismos. Concretamente, con aquellos - sobre todo, públicos - que nos planteaban algún tipo de duda. En su mayoría, la comunicación ha sido insatisfactoria: correos que no se responden y llamadas que nunca llegan (tras una insistencia previa por nuestra parte). A excepción de algunos meritorios casos (el instituto Novact, por ejemplo), la comunicación consistió en respuestas muy escuetas y en remisiones a otros organismos. Todo ello ha abundado en la dificultad para dar una imagen exacta de la situación.

Finalmente, señalar también que nos hemos limitado a los organismos que estuvieran explícitamente relacionados con la paz e incluso a los que tuvieran la palabra ‘paz’ en su nombre. Incluir a todas las ONGs y organismos del ámbito de la “cooperación”, la “no violencia” y los “derechos humanos” habría sido impracticable.

Características generales

La principal dificultad para radiografiar este tejido de organismos es conseguir diferenciarlos. En muchas ocasiones, las diferencias son nominales, institucionales o, en el mejor de los casos, por especialización en ciertos temas y en ciertas áreas. Pero es posible captar algunas características compartidas.

Son tres: 1) un elevado gasto en personal que, en muchas ocasiones, supera al gasto en proyectos; 2) funciones (reales) comunes: autopublicidad y financiación de toda clase de proyectos y de formación; 3) una redacción vaga de sus funciones y que siempre acaba remitiendo a la “cultura de la paz” y a la propia red de organismos como una justificación de la existencia de estos organismos.

Por otra parte, también se observa algo parecido a una “jerarquía”, pero no en el sentido de que unos organismos dependan de otros. Más bien, se trata de una jerarquía en lo que hace a las fuentes de financiación. En la cúspide, se encuentra el Departamento de Exteriores con la Agencia Catalana de Cooperación al Desarrollo (ACCD). De alguna u otra manera, muchos de los entes de la red dependen casi por completo de la ACCD, que dispone de un presupuesto de 43 millones de euros. 

¿De dónde sale el Fòrum Català per la Pau?

El ‘Fòrum Català per la Pau’ fue el hilo desde el que empezamos a tirar para acabar descubriendo las dimensiones del sector. En su página web se indica que “es un proceso participativo de reflexión y debate que tendrá dos años de duración (2024-2025), con el lema “Menos violencias, más justicia global”. Sus objetivos son “elaborar un plan de país de paz” y “reforzar el movimiento por la paz de Cataluña”. Más allá de estas y otras declaraciones similares, la página web no ofrece más información sobre su estructura.

Lo que sí se encuentran son referencias a dos de los organismos más importantes de la red: el Consell Català de Foment de la Pau y el Instituto Internacional por la Paz (ICIP). Con este último, sí conseguimos contactar para recabar información sobre ‘Fòrum’, pero a casi todos los efectos nos redirigieron al Consell, con el que no fue posible contactar.

En declaraciones a este medio, el ICIP señaló que la creación del ‘Fòrum’ no es iniciativa de ellos, sino del Consell. Ahora bien, el ICIP actúa como “secretaría técnica”, que es algo que no se señala en la web del Fòrum. Tuvimos noticia de ello porque el ICIP ofrecía en su web un “contrato de servicios” por valor de 15.000 euros para redactar el “plan de país de paz”, que es uno de los objetivos del Fòrum.

A preguntas de en qué consiste este plan, el ICIP lo vuelve a remitir todo al Consell. Así mismo, ante la pregunta de si el ICIP no dispone ya de profesionales para redactar ellos mismos este documento, indican que el ICIP, como cualquier otro organismo público, dispone de financiación para utilizarla como consideren conveniente. Sea como fuere, toda la actividad del Fòrum se ha detenido por el adelanto de las elecciones.

Por lo demás, el ICIP fue creado en 2007 como ente independiente. Como todos los demás organismos, sus funciones se mueven en el ámbito de “promover y divulgar la cultura de paz a través de eventos públicos, como son la organización de seminarios y jornadas, la concesión de ayudas a la investigación, la convocatoria de premios y concursos o la producción de exposiciones y materiales audiovisuales”. Una ojeada a su página web y a sus redes sociales muestra que, efectivamente, es así: publicidad de sus actividades, documentales, eventos, premios y cosas por el estilo.

Según sus cuentas de 2022, el ICIP tuvo un presupuesto de casi 1,4 millones de euros, que provienen casi íntegramente del Departamento de Exteriores. El 55% de sus gastos (758.883,56 euros) están destinados a personal. Su director, Kristian Herbolzheimer, percibe un sueldo bruto de 65.481 euros.

La auditoría al Consell Català de Foment de la Pau

Lo cierto es que el Consell Català de Foment de la Pau merece un análisis propio. Se trata de un órgano consultivo creado en 2003 al calor de la Ley de Fomento de la Paz (que actuó como una especie de guía de estilo a la hora de hablar de ‘cultura de la paz’, ‘reforzar el movimiento de la paz’, ‘el compromiso de Cataluña con la paz’, etc). Lo preside de manera honorífica la exdiputada de la CUP Gabriela Serra. Hasta en dos ocasiones intentamos ponernos en contacto con el Consell, pero al final no devolvieron las llamadas que se prometieron. Con respecto a su financiación, desde el ICIP supimos que carece de presupuesto.

Lo relevante del caso está en una auditoría que se encuentra disponible en la única referencia web al Consell, que es el directorio de la Agencia Catalana de Cooperación al Desarrollo. Se trata de una auditoría encargada por el propio Consell, entregada en 2021, realizada por el grupo de investigación ‘Globalcodes’ de la Blanquerna y que lleva por título “Informe sobre el despliegue de funciones y el funcionamiento del Consejo Catalán de fomento de la paz y recomendaciones”. Uno de sus autores, Albert Caramés, es el actual director de otro organismo pacifista, Fundipau. Los resultados de este informe no fueron precisamente positivos.

Y es que, a casi todos los efectos, el Consell Català de Foment de la Pau es un órgano disfuncional. De hecho, el informe empieza diciendo que “este diagnóstico quiere empezar por destacar la concepción y redacción heterogéneas de las funciones del CCFP en el decreto, el que comporta confusión en la aplicación del carácter consultivo del consejo. Las consecuencias de esta confusión son notorias: la constante interpretación de las funciones ha llevado a diferentes interpretaciones sobre las actuaciones a llevar a cabo a lo largo de las sesiones”.

Sobre sus funciones consultivas, se señala que “En la mayoría de casos, no se ha ido más allá del intercambio de información, ya sea por las actuaciones emprendidas por varias entidades y administraciones, como por el análisis de las personas con pericia sobre como prevenir tal situación”.

La auditoría también apunta a algo que, aunque referido al Consell, nosotros elevamos a característica común de todos estos organismos: que a efectos prácticos es un sector cerrado y autorreferencial. Dice el informe: “son muy pocas las iniciativas propuestas por parte de sectores que no se dediquen cotidianamente al fomento de la paz (a excepción de un interés y voluntad personales)”. En este sentido, es común que los organismos pacifistas se interpelen constantemente entre sí.

La conclusión del informe es:

Desde el ICIP, señalaron a este medio que la creación del Fòrum respondía precisamente a esta auditoría. Pero es llamativo que la publicidad que ha recibido la auditoría por parte de la red de organismos pacifistas haya sido prácticamente nula. De hecho, en ningún lugar de la web del Fòrum se apunta a que esta auditoría sea su origen. Por el contrario, se insiste en la semántica habitual de “reforzar la paz”, “elaborar un plan de paz” y términos parecidos. Al no recibir respuesta del Consell, no hemos podido valorar toda esta información con ellos.

En un momento dado, el informe de la Blanquerna se detiene en el apartado comunicativo y señala que “También se destaca un bajo nivel de comunicación, con una página web sin ningún dinamismo para actualizar las decisiones tomadas y ausente de perfil en redes sociales”. Por el momento, el Consell continúa sin web y sin redes sociales. Es digno de destacar entonces que promocione la creación de otro organismo como el Fòrum sin atender a las mínimas recomendaciones en el orden comunicativo

Otros organismos de la paz en Cataluña

Para acabar, ofrecemos un listado de algunos de los organismos de esta red. Obviamos ahora el Consell Català de Foment de la Pau, el ICIP y el Fòrum Català per la Pau. Cuando ha sido posible, indicamos la financiación que proviene exclusivamente de entidades públicas catalanas.

Xarxa d’Alcaldes per la Pau

Carece de memoria de actividades y de memoria económica. La página web es enteramente disfuncional y está desactualizada. Forman parte de la red internacional ‘Mayors For Peace’. Nuestras preguntas a propósito de su financiación y sus actividades no recibieron respuesta. Parece estar financiado por la Diputacion de Barcelona.

Escola de Cultura de Pau (325.510 euros)

Se trata de un grupo de investigación académico de la UAB. Sus datos económicos llegan hasta 2021. Un 98,19% de sus ingresos provienen de fuentes públicas, con absoluto protagonismo para la Agencia Catalana de Cooperación al Desarrollo. El gasto salarial es la partida más importante, que alcanza un 80% de los ingresos con 271.244,70 € .

Centre Delàs d'Estudis per la Pau (156.786 euros)

Este organismo se dedica al estudio de la industria armamentística y a todo lo que le envuelve “bajo un prisma de cultura de paz”. Según indica su página web, “Desde febrero de 2010 tiene personalidad jurídica propia y trabaja como un Centro de Investigación sobre temas relacionados con el desarme y la paz”. Su memoria de actividades del año 2022 apunta a unos ingresos totales de 254.064,51 euros, de los cuales el 61,7% proviene de entidades públicas catalanas (156.786, 01 euros). El gasto en personal representa el 62,4% de sus gastos totales (157.461,16 euros)

Universitat Internacional per la Pau (50.000 euros)

Presenta unos ingresos en 2022 de 89.860,69 euros, de los cuales 50.000 euros es en subvenciones del Ayuntamiento de Sant Cugat y del ICIP. Las subvenciones representan el 55%. Los 39.160,69 euros restantes de ingresos provienen de prestaciones de servicios a  “Teixint Xarxes”, “un proyecto educativo que tiene sus cimientos en la Cultura para la Pau y busca promover en el ámbito educativo valores como la igualdad, la cooperación, la solidaridad, el respeto y la autonomía”. El gasto en personal representa el 43,5% (38.993,06 euros).

Fundipau (72.299 euros)

Dispone de un equipo técnico de cuatro personas. Su director, Albert Caramés, es uno de los autores de la auditoría sobre el Consell Català de la Pau. Su memoria de actividades del 2022 declara unos ingresos de 147.551 euros, con un 49% en subvenciones. Su gasto en actividades y proyectos supera de manera notable el gasto en personal.

Assemblea de Cooperació per la Pau

En dos ocasiones nos pusimos en contacto y no obtuvimos respuesta. No se trata de un organismo exclusivamente catalán y tiene una delegación en Barcelona. Aparece únicamente en el directorio web del Ayuntamiento de Barcelona.

Justícia i Pau (49.913,07 euros)

“Somos una entidad cristiana que actúa en Cataluña desde el año 1968 y que tiene como finalidad la promoción y defensa de los derechos humanos, la justicia social, la paz, la solidaridad y la protección de la naturaleza”. Dada su filiación cristiana, tiene una íntima relación con la archidiócesis de Barcelona. Su página web indica que en 2020 tuvieron unos ingresos de 121.964,56 euros, siendo la partida mayoritaria las subvenciones públicas (49.913,07 euros). Pero en total más de la mitad de sus ingresos provienen de fuentes privadas. Nuevamente, el gasto mayoritario fue en personal con un 65%.

Associació Catalana per la Pau (2.027.618 euros)

Se trata de un organismo bastante anterior a la Ley de Fomento de la Paz de 2003. Nace en 1990 y ha realizado acción humanitaria en 25 países. Tiene unos fondos públicos totales de 3.334.899,00 euros, que representan el 95,25%. Del total, el 60,8% provienen de la Generalitat de Cataluña. Es de las pocas organizaciones pacifistas catalanas en las que el gasto en proyectos y actividades es notablemente mayor que el gasto en administración: un 57% frente a un 25%

Taula Catalana per la pau i els drets a Colòmbia

Como su nombre indica, este organismo está especializado en la situación de Colombia. Su web no ofrece información económica, pero sí memoria de actividades. Respondieron a nuestras peticiones de comunicación, pero al final no ofrecieron la información requerida.

Novact (1.070.113 euros)

Se trata de una entidad que trabaja en 17 países y que tiene una delegación en Barcelona. Ha sido el organismo más rápido y claro a la hora de atender a nuestras preguntas. Su director, Luca Gervasoni, explica que en 2022 registraron 2.433.577,21 euros en ingresos del ejercicio en curso, aunque la cantidad puede ser mayor y trasladarse a la memoria del 2023. Del total de estos ingresos, el 44% provienen de Cataluña (1.070.113 euros). Sus gastos en personal alcanzan el 35% de sus ingresos totales.