Nuevo golpe a los condenados por el procés: el Supremo confirma que no habrá amnistía
Los jueces del Supremo se sitúan en la misma línea que Llarena: la malversación no se puede perdonar
La Sala de lo Penal del Tribunal Supremo ha rechazado los recursos de súplica de Oriol Junqueras y varios exconsejeros condenados. Entre ellos, Raül Romeva, Jordi Turull y Dolors Bassa. De esta manera, el alto tribunal se ratifica en su decisión de que el delito de malversación no se puede perdonar.
Así mismo, se sitúan en la línea que hace unos días estableció el juez Llarena. Los miembros del tribunal entienden, como Llarena, que sí hubo un “beneficio personal de carácter patrimonial” que comprometió fondos y dinero público. La lógica de la argumentación es la misma que presentó el juez instructor para el caso de Puigdemont.
Es decir, que malversar dinero público no es solo desviar fondos a una cuenta personal. O lo que es lo mismo: a juicio de los magistrados, un enriquecimiento no tiene por qué ser necesariamente económico. En este sentido, la sala se adhiere también a la estrategia argumental de Llarena.
Esta estrategia consistía en pegarse todo lo posible al redactado de la ley de amnistía. Porque, como es sabido, la ley contemplaba algunas posibles excepciones para que la ley no fuera tumbada ni por el Constitucional ni por Europa. Y a una de estas excepciones, relativas al delito de malversación, se han adherido los jueces para no aplicar la amnistía ni a Junqueras ni a otros condenados.
Un mensaje a los políticos
Por todo ello, los magistrados insisten en que la “voluntad” que tuviera el legislador no constituye ningún criterio jurídico. Por este motivo, desde el Supremo diferencian entre lo que “el legislador quiso amnistiar” y lo que “proclama la norma jurídica”. El mensaje es claro.
“No basta con la voluntad política para amnistiar un hecho. Solicitar que interpretemos la Ley sin otra referencia que la voluntad del legislador es pedir que abdiquemos de nuestra función como jueces. Las leyes no pueden interpretarse como un mandato verbal dirigido por el poder político a los jueces”, argumentan los magistrados.
Finalmente, cabe destacar que los jueces del Supremo también han rechazado el recurso presentado por Vox. La formación de Abascal pedía que el delito de desobediencia tampoco se pudiera amnistiar. Los magistrados entienden que sí se puede y que la única excepción es la malversación.
Continúa la carrera de obstáculos
Con esta decisión, los procesados por el referéndum del 1-O continúan avanzando en su particular carrera de obstáculos. Como ya se explicó, el destino que buscan es el Tribunal Constitucional. Pero, antes, el procedimiento obliga a agotar la vía de recursos ante el Tribunal Supremo.
En este sentido, los procesados todavía pueden presentar un incidente de nulidad al Supremo. Se trata de una herramienta jurídica para solicitar la anulación de todo un proceso. Se suelen alegar errores formales del proceso o la vulneración de algún derecho fundamental.
En cualquier caso, el objetivo sigue siendo agotar los plazos y llegar hasta el Tribunal Constitucional. Una vez allí, plantearán recursos de amparo para obligar al Supremo a revisar su sentencia. Al mismo tiempo llegarán más recursos al TC, pero en sentido contrario, es decir, alegando que la ley de amnistía es inconstitucional. Esto, por ejemplo, es lo que harán las comunidades autónomas gobernadas por el PP.
Paralelo a todo esto, también es muy probable que se presenten cuestiones prejudiciales ante la Unión Europea. Eventualmente, también ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Lo más relevante es que la ley de amnistía permanecerá suspendida hasta que no se pronuncien los jueces europeos.
Sobre esto, cabe destacar que la estrategia de los Fiscales, de la Sala y del juez instructor consiste en convencer a Europa de que la malversación no se puede perdonar. Así lo dejaron escrito los Fiscales del Supremo y, después, el juez Llarena. De hecho, Llarena citó la legislación europea como un argumento en apoyo de su postura.
Las reacciones políticas del procesismo
Por su parte, Junts y ERC reaccionan de la manera previsible. El motivo es que, como decimos, para ellos el Tribunal Supremo es solo un trámite para llegar al TC. Por esto, desde ambas formaciones se permiten palabras muy gruesas contra los jueces del Supremo.
ERC, por ejemplo, habla de que “el Supremo mantiene su rebelión contra la democracia. Presentaremos amparo al TC”:
Desde Junts, Jordi Turull se permite la ironía y dice que “¡Ya era hora!”, en referencia a poder seguir avanzando hacia el Constitucional. “No esperábamos nada bueno de la ‘Toga Nostra’. Hacen de todo menos aplicar la ley como les correspondería”:
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