Plano medio de Pedro Sánchez saliendo del congreso con expresión seria
POLÍTICA

Nueva derrota del Gobierno: cae la votación de la senda de déficit

Una legislatura de juego corto: la lógica política del procesismo está cada vez más instalada en Madrid

Para perder esta mano nos retiramos. Esto debe haber pensado el Gobierno, que no va a presentar en el Congreso la votación de los objetivos de déficit. Después de que en julio Junts le tumbara la misma votación, el PSOE no quiere apuntarse otro fracaso a cuenta de Puigdemont.

Así lo ha adelantado La Vanguardia, que explica que la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, no está por la labor de ver una mayoría parlamentaria en contra. Y si la senda de déficit es la antesala de los Presupuestos, esta situación es la antesala de que no habrá presupuestos.

Fuentes del Gobierno dicen a La Vanguardia que buscarán más tiempo para negociar con los otros grupos parlamentarios. Pero ‘de facto’ se refieren a Junts, porque el PP ya ha insistido en que no aprobarán ni la senda ni los presupuestos. En cualquier caso, no es menos cierto que se tiende a sobredimensionar el papel político de los Presupuestos.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, durante la sesión plenaria en el Congreso de los Diputados, a 21 de febrero de 2024, en Madrid

Y es que, mientras no se supere el techo de gasto heredado, el Gobierno puede prorrogar los presupuestos de manera indefinida. Además, tiene competencias para modificar las partidas presupuestarias como considere conveniente. El ministro de Transportes, Óscar Puente, ya ha dicho que no sería ningún “drama”.

No se trata, pues, de una cuestión técnica u operativa. Por el contrario, es más bien una cuestión de competencia partidista y de la necesidad de algunos grupos de marcar perfil propio. Así mismo, esta situación es sintomática de algo que ya venía de lejos: la debilidad del Gobierno en el Congreso.

Frankenstein no es ágil

En estos momentos, el principal actor político que explota la debilidad del Gobierno es Junts. La semana pasada, ya le tumbó la limitación de los alquileres. Y en las próximas semanas, con motivo de la regularización de medio millón de inmigrantes, Junts tendrá otra ocasión para dejar tirado al Gobierno e insistir en su estrategia maximalista.

Míriam Nogueras en el Congreso de los Diputados en su intervención hablando en la tarima

Esto apunta a una situación de fondo: que mientras la amnistía no se resuelva o el Gobierno haga una concesión fuerte (como la inmigración), Junts no saldrá de este maximalismo. Entre otras razones, porque Puigdemont tiene un ojo en Cataluña y en la competencia a largo plazo de Aliança Catalana.

Finalmente, toda esta inestabilidad es sintomática del otro gran fenómeno de la política española: la traslación de la lógica procesista a Madrid. Es decir, el juego corto entre partidos, que es lo que mantiene con vida (o no) al gobierno de turno. Y mientras existan estas diferencias partidistas insalvables, no hay ninguna razón para que Frankenstein deje de ser lo que es: una creación artificial.

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