No le des más vueltas: según ERC, eres de extrema derecha
Ante la falta de argumentos, los republicanos optan por intentar desacreditar a sus adversarios políticos, una táctica típica de la neoizquierda
Cuando, hace un año, se tramitaba la polémica Ley Trans de Irene Montero, el transactivismo acusó de transfobia, malas personas e improperios varios a todo el mundo que estaba en contra de la ley. Da igual que la criticaran feministas e incluso transexuales. Si no estabas de acuerdo con el delirio queer que representaba esa ley, eras reaccionario, de extrema derecha y merecías pudrirte en el infierno.
No había espacio para el debate. La idea era demonizar a los adversarios políticos, con el objetivo de deshumanizarlos y desacreditarlos, porque resultaba más cómodo insultar que debatir con argumentos razonados (seguramente porque no los tenían). Es un modus operandi que en los últimos tiempos utiliza la neoizquierda. “Defiendes lo mismo que Vox” como argumento de peso para rebatir tus posiciones.
Ahora lo estamos viendo de nuevo en el debate que recientemente ha estallado en la política catalana. La cuestión migratoria, sumada al aumento de la delincuencia, ha pillado a contrapié al establishment buenista en Cataluña. Un establishment que no es capaz de entender que la gente está harta de no poder ir segura por la calle y que se haga entre poco y nada al respecto.
Aunque algunos políticos se empeñen en ocultar la realidad, esta es clara: muchos de los delitos los cometen inmigrantes, que no es lo mismo que decir que muchos de los inmigrantes se dedican a cometer delitos. Porque tan cierto es que el 0,2% de los inmigrantes que hay en Cataluña se encuentran en las cárceles catalanas, como que la mayoría de los detenidos son extranjeros, que representan más de la mitad de la población reclusa y que, de estos, los ex MENA son los que generan más problemas.
Aun así, el buenismo catalán liderado por ERC se empeña en evitar hablar del tema o, en el mejor de los casos, exponer solo las estadísticas que les encajan con el relato que quieren imponer. Y mientras, acusan de “extrema derecha” a todo aquel que proponga hablar de la cuestión.
Acusar de 'extrema derecha', deporte de moda en ERC
Hace unas semanas, Joan Ignasi Elena ya dijo que la sensación de inseguridad ha aumentado “por culpa de la extrema derecha”, obviando que los datos corroboran un aumento de los hechos delictivos. Unos días más tarde, también decía que “a la extrema derecha se la combate con datos”. Y exponía estadísticas a su conveniencia mientras ocultaba o manipulaba otras que romperían su relato.
El recurso de intentar deshumanizar al que no piensa como tú al grito de “extrema derecha” se ha convertido en una práctica habitual dentro de ERC. Gabriel Rufián, diputado en el Congreso con un sueldo de más de 113 000 euros anuales, o Joan Queralt, senador que cobra 73 000 euros del estado del que se quiere independizar, lo hacen frecuentemente. El último que se ha sumado a este deporte es Jordi Salvador, también diputado en el Congreso con un salario de más de 71 000 euros.
Salvador defendió hace unos días que “Esquerra quiere recibir más MENA en Cataluña”, un deseo que le reportó decenas de críticas en las redes sociales. Y es que mucha gente, que a diferencia del ilustre diputado, sufre en sus carnes el aumento de la delincuencia y el descontrol migratorio que hay en España y en Cataluña, le reprocharon sus palabras. Ya pueden adivinar cuál fue su respuesta. “Queda claro que Cataluña tiene un porcentaje de extrema derecha muy peligroso”, afirmó. Así que ya sabe, si usted denuncia según qué hecho, aunque tenga datos que respalden su queja, probablemente se convertirá en alguien de extrema derecha para ERC.
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