Primer plano de Joan Laporta serio en una rueda de prensa del FC Barcelona
POLÍTICA

Joan Laporta echa un cable a Carles Puigdemont

El presidente del FC Barcelona se ha mojado a favor de la amnistía


Han pasado más de veinte años desde que un Joan Laporta eufórico tras ganar las elecciones a la presidencia del Barça cantara aquello que “Laporta president, Catalunya independent”. Y aunque en las últimas elecciones mostró un perfil más discreto, al final no puede evitar la tentación de la política. Este viernes hemos visto a un Laporta en estado puro, atacando al Madrid y mojándose a favor de la amnistía.

Laporta sabe mejor que nadie que la mejor defensa es un buen ataque, y ha sacado todo el arsenal para capear la crisis deportiva e institucional del club. En una entrevista en Rac1, se ha mostrado “a favor de la amnistía” porque, según él, “pacificará una situación que era insostenible”. Laporta cree que “los políticos catalanes están haciendo un gran trabajo, y el PSOE también”.

Más en detalle, Laporta ha dicho que la ley de amnistía “servirá para que personas como Puigdemont dejen de sufrir”. El presidente del Barcelona ha revelado que habla a menudo con el expresident y que le aprecia mucho. “Espero que esta situación acabe, soy un firme defensor de la amnistía”, ha recalcado.

Laporta se agarra al catalanismo y el antimadridismo

Además de meterse en política, Laporta ha arremetido contra el Madrid a colación del caso Negreira. El presidente del Barcelona ha asegurado que “el Barça quedará absuelto” y ha denunciado una “campaña orquestada por el Madrid y la Liga”. Además ha acusado al Madrid de “controlar a los presidentes de los árbitros durante setenta años”.

Catalanismo y antimadridismo, dos fórmulas que nunca fallan en el Barcelona y a los que Laporta se agarra para mantenerse a flote. Lo de la política no es nada nuevo, Laporta ya se significó a favor de la independencia en su anterior etapa. Y lo del ataque al Madrid tampoco sorprende, pese a que en realidad ambos clubes comparten los mismos intereses con el proyecto de la Superliga.

La política procesista y el laportismo son dos vasos comunicantes que se nutren de la manía persecutoria del estado español y el “madridismo sociológico” contra Cataluña y el Barça. Una estrategia que va muy bien para achacar a los demás los males propios. Pero que en el caso de Laporta, amigo de Tebas y de Florentino, tiene poco recorrido.

La tentación de la política en Can Barça

La primera presidencia de Joan Laporta rompió con el catalanismo frío y amortiguado de Josep Lluís Núñez y Joan Gaspart, a quienes se vinculaba con el PP. El catalanismo desacomplejado ayudó a Laporta a ganar las elecciones. Durante su mandato (2003-2010) politizó al club, experimentando el mismo proceso de radicalización que el catalanismo político.

Primer plano de Jan Laporta visiblemente preocupado

En las elecciones contra Bartomeu, con el Procés en plena efervescencia, prometió poner al Barça al frente de la causa independentista. Los propios dirigentes procesistas soñaron siempre con convertir al Barça en una estructura de estado más. Pero Laporta perdió aquellas elecciones y el Procés descarriló.

Ahora, años después, el procesismo y Laporta vuelven a encontrarse en circunstancias muy parecidas. Los partidos tratando de aprobar una ley de amnistía para zafarse de la justicia, y el Barça haciendo frente a una grave acusación de corrupción deportiva. Dos crisis paralelas que convergen y que tienen muchos, demasiados parecidos.

 

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