Una mujer con gafas y una chaqueta gris sonriendo, mientras en el fondo un hombre sostiene un trofeo y otras personas aplauden.
POLÍTICA

Meritxell Lluís, la mujer de Josep Rull, protagonista de la última pataleta de Junts

Junts no acudió al homenaje que el Ayuntamiento de Terrasa le hizo a Dani Olmo por la victoria de la Selección

La victoria de España en la Eurocopa provocó una fuerte resaca política.

Ahí están, por ejemplo, las polémicas por el gélido saludo de Carvajal a Sánchez o por la politización que la izquierda ha hecho de varios jugadores. Sin olvidar el episodio de Irene Montero, que habló de Dani Olmo como una “persona racializada”. Persiste la duda de si vio el partido.

En Cataluña, esta resaca está siendo especialmente larga y, de hecho, todavía dura. Además de lamentarse por el despliegue de nacionalismo español en las ciudades catalanas, varias figuras procesistas han protagonizado episodios más o menos patéticos.

El alcalde de Gerona, por ejemplo, Lluc Salellas (CUP), se negó a instalar una pantalla para seguir el partido. Así mismo, el presidente del Parlament, Josep Rull, decidió felicitar el mundial de veteranos de ping-pong en lugar de la victoria en la Eurocopa.

Del mismo modo, las tertulias de TV3 también se apuntaron a la mala fe. Sin ir más lejos, Antonio Baños interpretaba la victoria de España como una debilidad. “Si una nación como España solo tiene el fútbol para unirse, es una nación débil y sin orgullo general”, dijo:

En última instancia, el procesismo se da cuenta de que el fútbol es un termómetro bastante fiel de los cambios sociológicos que se viven en Cataluña. Unos cambios a los que el procesismo no parece estar invitado.

Olmo no es vecino para Junts

La última pataleta procesista con el fútbol ha venido por parte de Junts.

El pasado miércoles, el Ayuntamiento de Terrassa ofreció un homenaje público a uno de sus vecinos más ilustres: Dani Olmo.

Una de las muchas revelaciones del torneo, Dani Olmo salvó a España en la final contra Inglaterra y fue el máximo goleador del torneo. Como es natural, estos méritos han llevado al ayuntamiento de su ciudad a querer celebrar el triunfo con su presencia. Algo que él ha agradecido públicamente en redes sociales:

Ahora bien, para los concejales de Junts no hay nada que celebrar y no acudieron a la recepción al jugador, ni salieron al balcón. Una de las concejales protagonistas de la pataleta es Meritxell Lluís, esposa del presidente del Parlament y aficionado al ping-pong, Josep Rull.

Con este episodio, se vuelve a evidenciar que el procesismo insiste en representar a solo una parte de la población catalana. Tal vez esto sea la explicación de que haya perdido la mayoría absoluta y el independentismo cotice a la baja.

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