El Gobierno no logra devolver ni el 5% de los inmigrantes ilegales que entran a España
El Gobierno empieza el 2024 con la bomba de la política migratoria: llegadas históricas de irregulares e incapacidad para deportar
La política migratoria del gobierno no da resultados y las concesiones estratégicas a Marruecos ya están hechas. El dato clave son las deportaciones: se quedan en el 5%. El 2024 servirá para comprobar si la Unión Europea y los Estados miembros consiguen ejecutar el giro histórico en política migratoria.
Fracasa la estrategia migratoria de Sánchez
En 2022, el gobierno de Sánchez hizo una apuesta: cambiar su estrategia con Marruecos para, así, controlar la inmigración. Algo que, al margen de su ejecución, está presente en la agenda de cualquier gobierno europeo. Les basta echar un ojo a sus vecinos para ver que la inmigración es un elemento electoral de primer orden.
La maniobra de Sánchez - Marlaska y Albares mediante - fue controlar el origen para, después, reprocharle a la derecha que jueguen al alarmismo. Pero a tenor de los datos, no les ha salido bien. España es ya el segundo país con la tasa de inmigración ilegal más alta: de Marruecos siguen llegando y ahora también de Senegal y Gambia.
El dato paralelo es de las deportaciones de irregulares: otro fracaso que se concreta en un 5%. Las deportaciones han sido el gran giro de la Comisión Europea en política de inmigración y seguridad. El objetivo de fondo es no regalarle el caladero de votos de la inmigración a la derecha identitaria y, por lo tanto, euroescéptica.
El fracaso de las devoluciones
Macron, por ejemplo, baila en una baldosa para apuntarse el tanto de su nueva ley de inmigración mientras Le Pen hace lo mismo. En Suecia, el primer ministro ha llegado a establecer deportaciones en función del “estilo de vida”. En Alemania, el canciller Olaf Scholz llegó a decir que “al final tendremos que hacer deportaciones a gran escala”.
En España, los malos datos de las llegadas y, sobre todo, de las devoluciones se le pueden girar en contra al PSOE. Las cuestiones diplomáticas con Marruecos (y en general con cualquier Estado) es algo que no llega al radar del votante. Lo que le llega es la percepción de inseguridad, algo que, con el fracaso de su estrategia, el PSOE tendrá que afrontar.
Según los datos policiales, el 40% de los que llegan lo siguen haciendo desde Marruecos. Así, los marroquíes son la principal nacionalidad entre los irregulares. Por otra parte, Marruecos solo acepta devoluciones de manera anecdótica: Argelia y Senegal prácticamente no aceptan.
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