Junts se prepara para una nueva guerra interna
Puigdemont y Turull maniobran para desplazar a Laura Borràs
Este 2024 está llamado a ser el año en el que Junts per Catalunya resuelva su pugna interna. El partido de Carles Puigdemont ya ha empezado el viraje a la derecha. Ahora queda por resolver la lucha por el control del partido entre el sector de Jordi Turull y el de Laura Borràs.
Carles Puigdemont, hasta ahora árbitro en la contienda, ha tomado finalmente partido por la vieja guardia convergente encabezada por Jordi Turull y Josep Rull. Esto coincide con el viraje ideológico del partido del centro a la derecha. El objetivo es volver a convertirse en el partido del orden en Cataluña.
Para completar el giro, Puigdemont y Turull quieren reducir los contrapesos dentro de la formación. El inicio de una etapa complicada en la que habrá que tomar decisiones complicadas obliga a centralizar al máximo la toma de decisiones. El momento decisivo será el Consejo Nacional, en los próximos meses.
Junts y el dilema Laura Borràs
Carles Puigdemont y Jordi Turull planean un cambio de estatutos en el partido para desplazar a Laura Borràs de la presidencia. Tras aprobarse la ley de amnistía, Carles Puigdemont, que ahora no ocupa ningún cargo orgánico, pasará a ser presidente. La intención es unificar la estrategia y la toma de decisiones.
Laura Borràs empezó a perder fuelle tras el escándalo de corrupción y su salida de la presidencia del Parlament. Contra todo pronóstico, la presidenta del partido resistió en el último pulso que tuvo lugar en junio de 2023. Ella aceptó la designación de Anna Erra, del sector Turull, como presidenta del Parlament, a cambio de permanecer en su cargo.
Tras las elecciones del 23-J, Carles Puigdemont pactó con Jordi Turull y Laura Borràs una tregua y la cesión de todo el poder a Waterloo. Aun así, es evidente que el sector de Turull influenció en el expresident para optar finalmente con el acuerdo con el PSOE. Laura Borràs, partidaria del bloqueo y nuevas elecciones, guardó silencio y se mantuvo en un segundo plano.
Puigdemont y Turull tienen claro que tarde o temprano habrá que acabar con el contrapeso que supone la presidencia de Laura Borràs. Pero también son conscientes del peso que tiene la expresidenta del Parlament entre la bases más radicales de Junts. El reto es deshacerse de ella sin perder a sus acólitos.
Volver a Convergència
En el núcleo dirigente asumen que la estrategia de pactos con el PSOE tendrá unos costes electorales. Por eso piensan que si consiguen concentrar el poder en menos manos y acabar con las luchas ideológicas, lograrán sobrevivir. Eso, y potenciar la figura de Carles Puigdemont, tras su regreso a Cataluña como el mesías retornado.
Junts está sufriendo el mismo proceso de desgaste que ERC, pero los postconvergentes tienen una ventaja respecto a los republicanos. Con su giro a la derecha pueden ocupar un espacio que ahora mismo está vacío, el del independentismo conservador. Des allí podrán combatir con la amenaza que supone Aliança Catalana.
Porque el declive del procesismo no se debe solo a la crisis del procés sino también al estallido de un clima de crisis social. El problema de la seguridad y la inmigración se han convertido en las principales preocupaciones. ERC ha optado por una huida hacia adelante, pero Junts cree que lo mejor es volver atrás.
Todas estas contradicciones se pondrán de manifiesto en el próximo congreso nacional de Junts per Catalunya. Será entonces cuando Carles Puigdemont y Jordi Turull pasen a la ofensiva contra el sector de Laura Borràs. Habrá que ver si la presidenta tiene un as guardado en la manga, o cede el paso.
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