Piscina al aire libre con personas nadando y edificios rodeados de árboles en el fondo.
POLÍTICA

Indignación por las imágenes de velos islámicos en una piscina pública en Cataluña

Los burkinis y otras prendas de ropa de baño similares, otra vez en el ojo del huracán

Ya sea por una cuestión de higiene o por el hecho de tratarse de una pieza de ropa misógina, los burkinis y prendas de baño similares llevan tiempo siendo objeto de debate.

El pensamiento woke de la clase dirigente en Cataluña ha llevado a la Generalitat a respetar e incluso legislar a favor de los burkinis. El año pasado, el Govern autorizó el uso de este tipo de bañador tanto en piscinas públicas como en privadas.

Lo hacía, además, con un argumento que generó mucha polémica. "No se puede discriminar a nadie por el bañador que lleva", defendía la entonces portavoz del Govern, Patrícia Plaja. Obviaba, eso sí, que el burkini no deja de ser una pieza discriminatoria como tal.

En cualquier caso, el hecho de que la Generalitat diera cobertura legal al uso de esta prenda misógina ha provocado que cada vez sea más frecuente ver burkinis, velos islámicos y prendas similares en las piscinas de Cataluña.

El último caso, que ha generado una oleada de indignación, lo hemos visto en Terrassa. Fue la cuenta de X de Vox en esta localidad la que puso en alerta a la ciudadanía sobre la proliferación del uso del burkini con un vídeo que rápidamente se hizo viral.

En el vídeo en cuestión no aparecen burkinis como tal, sino varias mujeres utilizando algo parecido a velos islámicos, mientras se bañan en las piscinas municipales de esta localidad del Vallès Occidental.

"Así están las piscinas municipales de Terrassa. ¿Pueden explicarnos por qué está prohibida la ropa interior pero sí se permite que hayan mujeres bañándose cubiertas con trapos hasta las pestañas?", exclamaban desde la sección local del partido de Ignacio Garriga. "Repugnante el blanqueamiento que se hace del islamismo", finalizaban.

Fueron muchos los usuarios que criticaron el problema de higiene que provoca el hecho de llevar este tipo de prendas en las piscinas públicas. Pero también hubo, igual que Vox, quién mostró su indignación por el blanqueamiento que se hace desde las instituciones de una pieza de baño considerada misógina por ser una imposición religiosa que afecta solo a las mujeres.

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