El hundimiento de ERC marcará el futuro de Cataluña
La posibilidad de un tripartito, de una repetición electoral o de descartar una sociovergencia depende de ERC
En un sistema parlamentario, de la misma manera que el ganador no tiene por qué ser el protagonista, el perdedor no tiene por qué ser irrelevante. Estas dinámicas se refuerzan en casos como el español y, más aún, el catalán. Es decir, fragmentación política, vetos mutuos y mayorías que dependen de alianzas cambiantes.
En Cataluña, la caída de un partido como ERC se da por descontada y eso tiene efectos sistémicos porque, al fin y al cabo, ERC es el punto en el que se condensa el establishment progresista. Ahora bien, lo que no se sabe es hasta qué punto esta caída será un descalabro. Según cada encuesta, la caída es mayor o menor.
El CIS catalán, por ejemplo, el CEO, le hace un favor a Aragonès y dice que hay un empate técnico entre Junts y ERC, que es algo que no ve nadie. La encuesta de GESOP para El Periódico, en cambio, hunde a ERC en los 21 años, que es la tesis/rumor que circula por redes desde hace tiempo.
Estos, pues, son los dos límites en los que se mueve ERC: o aguantar la barrida de Puigdemont o, efectivamente, hundirse. Y de lo que obtenga ERC dentro de estos dos límites depende gran parte de la gobernabilidad en Cataluña. Hacía tiempo que los perdedores no eran tan determinantes.
ERC y su reflejo: tripartito, mayoría indepe o repetición
¿Y por qué es capital lo que saque ERC? Pues porque un resultado aceptable de ERC permitirá descartar una de las opciones más difíciles de concretar: la sociovergencia. Porque si algo está claro es que Junts y el PSC suman y de manera holgada. El problema es que es una opción que no convence a ninguno de los dos implicados.
Así, si Aragonès - y los Comuns - mantuviera el tipo, la opción de un tripartito podría plantearse con cierta solvencia al mismo tiempo que desactivaría a Junts en el Parlament. Y con la dinámica electoral que tiene ERC desde hace un tiempo, todo lo que sea mantener cuotas de poder será un éxito.
Al mismo tiempo, ERC también puede ser un obstáculo para una eventual mayoría indepe. Las pocas encuestas que dan como viable una suma de Junts, ERC y la CUP muestran que un diputado arriba o abajo puede ser determinante. Y, en el caso de que esta mayoría dependiera de Aliança Catalana, ERC ya ha dejado claro que no pactará nada con Orriols.
El tercer y último escenario es que ninguno de los dos anteriores sea viable. Es decir, ni tripartito ni mayoría procesista porque ERC no ha sacado el resultado que permitiría o lo uno o lo otro. En ese caso, Cataluña se dirigirá hacia una repetición electoral que, ya definitivamente, podría ser el fin de ERC.
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