Numerosas personas realizan las pruebas de acceso a Correos, en la Facultad de Biológicas de la Universidad Complutense de Madrid, a 7 de mayo de 2023, en Madrid
POLÍTICA

Hacia una sociedad de funcionarios: cada vez más jóvenes hacen oposiciones

Los datos muestran que los jóvenes se refugian en el empleo público para tener estabilidad laboral y no abandonar la clase media

Las oposiciones triunfan entre los jóvenes. Ante la falta de perspectivas en el sector privado y el aumento del empleo público, muchos se decantan por hacer una oposición. El portal Oposita Test señala que “en 2023 el Gobierno publicó la mayor oferta de empleo público de la historia y se espera que en los próximos se produzca una avalancha aún mayor con la gran jubilación de los funcionarios”.

Los jóvenes se encomiendan al Estado

Los datos provienen de la segunda edición del estudio “El peso del opositor en España”, del portal Oposita Test. Y lo cierto es que no ofrecen mucho margen a la interpretación. “El grupo con mayor interés en opositar son las personas entre 18 y 34 años, cerca 6 de cada 10, y más de la mitad tienen 24 años”, señala el estudio.

Las razones que explican este auge de las oposiciones son fundamentalmente dos y van paralelas. La primera, que España tiene el paro juvenil más alto de toda la Unión Europea, que alcanza un preocupante 30%. La segunda, que la oferta pública de empleo no para de crecer. Todo ello al margen de que, en el sector privado, los salarios para los más jóvenes tienden a ser bajos debido a la escasa productividad del mercado laboral español.

Con esto en mente, no sorprende que Oposita Test achaque este auge de las oposiciones a que “la mayoría afirma buscar estabilidad por encima del salario y vienen motivados por la dificultad que tienen para encontrar trabajo y la precariedad de las ofertas laborales con las que se encuentran al acabar sus estudios”. Y de aquí que el 60% de personas que piensan en opositar tengan entre 18 y 34 años.

En su mayoría - 7 de cada 10 - se trata de mujeres, con un 54% que no trabaja y un 42% con estudios universitarios. Es decir, que casi la mitad de los opositores dan el perfil de egresado universitario que ha probado suerte en el sector privado y después ha decidido hacer oposiciones. Destacan las oposiciones educativas, sanitarias y administrativas.

Una situación evidente

Lo extraño sería que esta no pasara. Como hemos explicado en alguna ocasión, los jóvenes españoles están en medio de una tormenta perfecta. Un contexto inflacionario, un reparto público del dinero que privilegia a los mayores, un mercado inmobiliario imposible y una productividad laboral anecdótica (o sea, salarios bajos). Si a esto se le añade un peso cada vez mayor del sector público - del crecimiento del 2,5% del PIB, un 2,3% es de consumo público -, es normal que los jóvenes se refugien en las oposiciones.

En última instancia, que los jóvenes quieran ser funcionarios es otra de las expresiones de que las placas tectónicas de la economía española se dirigen hacia un lugar incierto. Concretamente, uno que está basado en deuda, déficit, dependencia del Estado y baja productividad. En este sentido, la famosa “fuga de cerebros” es otra expresión particular del problema y, de hecho, de las más preocupantes. Los jóvenes españoles que emigran suelen ser los más formados en ámbitos científicos y tecnológicos, es decir, los más productivos.

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