El giro de la izquierda en inmigración que da la razón a la teoría de Samuel Vázquez
¿Por qué la deportación de ilegales ya ha dejado de ser un tema tabú en la izquierda?
Esta semana, Pedro Sánchez sorprendía a propios y a extraños con sus declaraciones sobre la inmigración ilegal. En Senegal, el presidente del Gobierno aseguraba que era “imprescindible” la expulsión de los extranjeros que entran a España irregularmente.
Este giro drástico de Pedro Sánchez ha sorprendido a muchos, básicamente porque es lo mismo que llevan defendiendo muchos partidos de derechas. Además, podría significar un punto de inflexión en la política buenista de fronteras abiertas que lleva promoviendo la izquierda desde hace años. De hecho, el último “cambio de opinión” del presidente del Gobierno no ha surgido de la nada. Al fin y al cabo, está siguiendo el camino marcado por el canciller de Alemania, Olaf Scholz.
El líder político alemán, también socialdemócrata, se ha puesto las pilas durante los últimos días en esta materia. El brutal asesinato masivo por parte de un solicitante de asilo sirio (y reivindicado por el Estado Islámico) en Solingen, la semana pasada, le ha empujado a ello. Este jueves, el gobierno de Alemania acordó un endurecimiento de las leyes sobre política migratoria. Entre las medidas más destacadas están la agilización de deportaciones de inmigrantes que han visto rechazada su solicitud de asilo o el aumento de las exigencias para ser considerado refugiado.
También Canadá está empezando a ponerse firme en la cuestión migratoria. Justin Trudeau, probablemente el presidente más progre de todo el mundo, anunció que limitará el número de trabajadores temporales extranjeros que puede tener una empresa canadiense. Y también una reforma para endurecer las políticas migratorias.
¿A qué se debe este cambio?
Cada uno de estos tres gobiernos tiene sus propios motivos, a partir de su propio contexto, por haber dado este giro radical. En Canadá, por ejemplo, por el aumento del paro. En Alemania, por el atentado jihadista de la semana pasada. Y en España, para que Pedro Sánchez pueda justificar el efecto llamada que tiene previsto promover con la contratación de más de 250.000 trabajadores africanos. Pero hay más.
El caso de Alemania explica perfectamente uno de los factores determinantes que están obligando a las izquierdas a defender posiciones que, hasta hace nada, eran consideradas “fascistas” y de “extrema derecha”.
La teoría de Samuel Vázquez que se está haciendo realidad
Samuel Vázquez, policía, criminólogo y experto en política criminal, siempre difunde una teoría que, a pesar de estar centrada principalmente en la cuestión de la seguridad, también se aplica a la cuestión migratoria. No es que sea una teoría novedosa o que solamente defienda él, pero sí que es cierto que Samuel Vázquez la expone siempre que puede.
Son muchos los políticos, especialmente de izquierdas, que niegan el aumento de la criminalidad (a pesar de que los datos corroboran este aumento). Suelen ser los mismos que niegan los peligros de una política migratoria descontrolada y desbordada y, por lo tanto, más complicada de integrar. ¿Por qué estos políticos que hasta ahora se negaban a asumir la realidad ahora cambian de opinión?
“Los políticos solo reaccionan cuando ven peligrar su poltrona. Cuando la situación explote, verán peligrar sus sillones porque la intención de voto cambiará. Y entonces, estos mismos políticos que hoy te llaman alarmista, fascista o xenófobo, saldrán delante de los micrófonos. Y dirán que ‘vamos a ser implacables con el crimen, que se han creado sociedades paralelas gracias a la inmigración ilegal que no hemos sabido gestionar’. Anda, pero si llevas 20 años llamando fascista al que dice esto y ahora lo dices tú porque te ha estallado en la cara”, repite siempre Samuel Vázquez. Y esto es, exactamente, lo que está ocurriendo en Alemania.
Hoy domingo se celebran elecciones regionales en los lands de Sajonia y Turingia. Por la noche se conocerán los resultados. Pero ¿sabes qué dicen las últimas encuestas publicadas? Que tanto en Sajonia como en Turingia, Alternativa por Alemania puede conseguir un 30% de los votos. Tiene toda la pinta de que el partido partidario de endurecer las leyes migratorias ganará en Turingia y podría hacer lo mismo en Sajonia.
Además, se prevé que el partido de izquierdas BSW, que también está a favor de restringir la política de fronteras abiertas, sea la tercera fuerza. Sumaría entre el 12 y 18% de los votos. Es decir, las formaciones que apuestan por un cambio en las políticas migratorias pueden rondar el 50% del total de los votos. Por si no fuera suficiente, el partido de Olaf Scholz, el SPD, ve cómo las encuestas auguran que sumaría apenas el 6% de los votos. Es decir, podría incluso quedarse sin representación.
Olaf Scholz, pues, es la viva imagen de la teoría de Samuel Vázquez hecha realidad. Algo que, por otra parte, tampoco es nuevo. Ya en los últimos meses, el presidente francés Emmanuel Macron endureció leyes migratorias ante el ascenso del partido de Marine Le Pen. Ahora, pues, ya lo vemos en Alemania y todo apunta que, dentro de no demasiado tiempo, también lo podríamos ver aquí.
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