Una familia caminando de la mano por una calle arbolada al atardecer.
POLÍTICA

Algo cambia entre los votantes de izquierdas con respecto a la inmigración

El último informe del CEO muestra que el desencanto con la inmigración también alcanza a los partidos progresistas

La inmigración es el gran tema. Las sociedades europeas experimentan cambios de calado que de alguna u otra manera están inmediatamente relacionados con la inmigración. El crecimiento lento, pero constante, de las fuerzas identitarias responde en esencia a esto.

Cataluña no es una excepción y la realidad está a la vista. Incluso el Síndic de Greuges ha avisado de que “la administración no está preparada para la Cataluña de los ocho millones”. Se da por descontado que el crecimiento demográfico que ha permitido llegar a los ocho millones obedece en gran medida a la inmigración.

Esto es lo que explica los resultados del importante informe sociopolítico que esta semana emitió el Centre d’Estudis d’Opinió (CEO). La imagen del clima social en Cataluña es inapelable. Casi la mitad de la población cree que hay demasiados inmigrantes, la mitad cree que las leyes migratorias son blandas y el 60% que los inmigrantes reciben más de lo que aportan.

Un grupo de jóvenes sentados en un banco en una plaza, con edificios residenciales de fondo.

Las novedades no están en la derecha

Si se quiere hilar más fino, el informe del CEO presenta los resultados en función de la simpatía partidista de los encuestados. En el espectro de la derecha no hay sorpresas. Los votantes de Junts, PP, AC y Vox piensan - de manera muy mayoritaria - que hay demasiada inmigración y que sus efectos son en general negativos.

La novedad, pues, no está en la derecha, sino en la izquierda. De la misma manera que la práctica totalidad de los votantes conservadores consideran que hay demasiada inmigración, se podría pensar que la práctica totalidad de los votantes progresistas consideran lo contrario. Pero no.

Resultados sorprendentes

Aunque no lleguen a porcentajes del 50%, franjas muy significativas del electorado de izquierdas también recela de la inmigración. Pero como ahora veremos este dato puede estar incluso infravalorado.

De todas las opciones para responder a la pregunta de si hay demasiada inmigración, los simpatizantes del PSC y de ERC se decantan por la opción de “excesiva”. Un 45% para ERC y un 43% para el PSC. Frente a esto, el 29% de los votantes de ERC y el 27% del PSC consideran que es “adecuada”.

Por el lado de la CUP y los Comuns sí hay cambios. Entre sus simpatizantes no triunfa la idea de que la inmigración es “excesiva”. Pero tampoco la contraria. Y es que la CUP y los Comuns tienen unos resultados un tanto distorsionados por el alto porcentaje de personas que no contestan a la pregunta. De hecho, es la opción mayoritaria dentro de los simpatizantes de la CUP con un 35%.

En menor medida, la prevalencia del “no sabe/no contesta” también se aplica a los resultados de ERC y del PSC. Ambos partidos comparten un 22% de simpatizantes que no contestan a la pregunta. Se trata de porcentajes lo suficientemente amplios como para dar margen a la variación. En la derecha, en cambio, el margen maniobra es menor e incluso nulo.

A todo esto, cabe señalar que la opción de que la inmigración es “insuficiente” es anecdótica para todos los partidos, llegando como mucho al 10% en el caso de los Comuns.

¿Y los servicios públicos?

Pero más sugerentes aún son los resultados de los simpatizantes de izquierdas en la cuestión sobre el “efecto de la inmigración en la calidad de los servicios públicos”. También es llamativo que en este asunto los que no saben o no contestan parecen haber desaparecido. Ante esta pregunta los encuestados se posicionan con total claridad.

Una pareja de personas mayores caminando por una calle urbana, el hombre lleva una maleta con ruedas y la mujer viste un atuendo tradicional.

Los Comuns son los únicos que no presentan un electorado dividido: el 60% cree que el efecto de la inmigración en la calidad de los servicios públicos es buena. En la CUP, en cambio, ya nos aproximamos a la división. Un 49% cree que el efecto es positivo y un 43% cree que es negativo.

Con el PSC, la división ya es efectiva y el 48% cree que los efectos son negativos frente a un 47% que son positivos. Por su parte, sobre esta cuestión ERC ya se acerca incluso a la derecha. Y es que casi el 60% de sus simpatizantes - 59% - cree que los servicios públicos funcionan peor debido a la inmigración.

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