ERC va de farol

El batacazo en las dos últimas citas electorales (perdieron 300 000 votos en las municipales y 400 000 en las generales) ha hecho perder el rumbo a Esquerra Republicana de Catalunya. Los votantes independentistas han castigado al partido de Oriol Junqueras y ahora no sabe qué camino tomar para recuperar la efímera hegemonía que mantenía dentro del mundo procesista.

Entra la fuga de votos, las críticas de dentro del propio partido y que Junts ha conseguido los mismos escaños que ellos (7, cuando en la última legislatura tenían 13 y los de Puigdemont 8), el correctivo ha sido severo. Y ahora, en este contexto nada favorable, tienen que negociar una investidura de Pedro Sánchez que, contrariamente a lo que se podía pensar, les deja en una situación muy complicada.

ERC empezó pidiendo al PSOE unas condiciones asumibles, alejándose de referéndums y otras peticiones exigentes. El traspaso de Rodalies, mantener la mesa de diálogo y mejorar la financiación en Cataluña era el punto de partida de los republicanos. Otras voces de Esquerra, como Joan Tardà, rebajaban aún más las expectativas, pidiendo poder hablar en catalán en el Congreso y el reconocimiento de las selecciones deportivas catalanas.

En este sentido, rápidamente se vieron superados por Junts, que empezaba la negociación con el PSOE con unas exigencias mucho más altas: referéndum y amnistía. Este escenario provocó que ERC diera un volantazo en las últimas horas. Y, sin renunciar a sus peticiones iniciales, Marta Rovira pedía, ahora sí, que las negociaciones con los socialistas contemplaran un avance “hacia la autodeterminación y la amnistía”.

Pero este intento de marcar perfil duro no se lo acaban de creer ni ellos mismos. Y es que, en la misma intervención, la secretaria general de ERC reconocía que “no investir a Pedro Sánchez tendría consecuencias nefastas”. Vamos, que por mucho que pidan y exijan, tarde o temprano terminarán aceptando lo que les acabe ofreciendo el PSOE.

Y es que la realidad es la que es. Esquerra con 7 diputados tiene un punto de fuerza para negociar con un Pedro Sánchez que necesita sus votos, pero si hay alguien que no se puede permitir una repetición de elecciones es precisamente ERC. Los de Oriol Junqueras están en caída libre y volver a examinarse ante el electorado puede representar otro duro mazazo. Y de paso, verse superados por un Junts que se mantiene como más ‘puro’ ante el votante indepe.

Así, de entrada, una repetición electoral castigaría más a ERC que no a PSOE o Junts. Aquí es donde la posición de Esquerra se vuelve más débil en esta negociación para la investidura de Pedro Sánchez. Y todos, incluso ellos, lo saben.