Guerra Civil en ERC

Esquerra Republicana de Catalunya llevaba demasiado tiempo con una relativa paz interna. La llegada de Oriol Junqueras a la presidencia de ERC en 2011 fue el inicio de una tranquilidad que era desconocida por un partido acostumbrado a las luchas internas.

Tras el uno de octubre, la cárcel y la victoria entre independentistas en las elecciones de 2021, parecía que Esquerra había encontrado un relato ganador. Su incapacidad para tejer alianzas, su menosprecio electoral al PSC - sobre todo- y a Junts, le he dejado otra vez en una posición débil. Nadie se atreve aún a discutir el liderazgo de Junqueras, pero la propuesta de "frente democrático" y los pactos postmunicipales han despertado las dos ánimas de ERC.

"En Esquerra somos camálicos, no imbéciles", exclamaba Josep Huguet, exconsejero de ERC en la Generalitat. Y lo hacía para responder a Joan Tardà, otro excargo del partido, que defiende a capa y espada que Maragall de la alcaldía a Ada Colau. 

Joan Tardà fue jefe de filas de Esquerra en Madrid. Es un defensor acérrimo de la estrategia de los republicanos hasta el domingo: aparcar la independencia para "tejer complicidades entre los partidos de izquierdas españoles". Tardà representa el sector menos independentista, más federalista. Para él, Trias y la vieja Convergencia no son compañeros de viaje.

Y Josep Huguet no sería precisamente un nacionalista de dogmático, pero no ha dudado en frenar a Tardà en Tiwitter. Huguet no ha dudado en criticar abiertamente la propuesta de Tardà "Margall, teniente de alcalde de Colau". 

"¿Con quién más? ¿Collboni? ¿Quiénes llevan años gobernando aprovechándose del voto de la derecha españolista? ¿Con un PSC tan de derecha como Trias en Barcelona? ¿Una Colau más cercana a la fantasmada de Yolanda Díaz que a la coherencia de Iglesias? Esquerra somos camálicos, no idiotas".

Llegan tormentas dentro de Esquerra. Volver a la estelada con Junts o seguir apostando por ser un partido de izquierdas fraternal con Comuns y PSOE. Esta es la cuestión.