Un grupo de personas se encuentra reunido en un espacio público, algunas de ellas portando banderas y otras tomando fotos, mientras un hombre toca la gaita y varios voluntarios con chalecos verdes están presentes.
POLÍTICA

Encuesta CEO: El independentismo toca fondo

El cambio político que se vive en Cataluña es otra expresión del naufragio sociológico del procesismo

Ayer, miércoles 27, el CEO nos traía su tercer barómetro y se confirmaba la tendencia de los últimos meses. El nacionalismo catalán cotiza a la baja y llega hasta el 40% el apoyo a la independencia, la cifra más baja desde 2015. En estos momentos, si hubiera un referéndum, del orden del 54% de la población catalana votaría en contra.

Si acudimos a las franjas de edad, observamos un estado de cosas poco esperanzador para el proyecto indepe. Los más jóvenes (18-24) son los que menos desean una eventual independencia, quedándose en el 32% los que sí la desean. Y el grupo de edad que más desea la república catalana son los que cuentan entre 35 y 49 años (42% a favor).

Una multitud de personas se manifiesta con banderas de Cataluña y un cartel que dice

Todo esto conduce al autonomismo, que se confirma como la forma de gobierno preferida entre los catalanes (33,9%). Este cambio de tendencia no es secundario. Hubo que esperar hasta el otoño del pasado año para que la autonomía se impusiera al Estado propio como forma preferida de organización política, que ahora la desean el 29,9%.

Y más interesante aún es que el CEO recoge el cambio de opiniones desde el referéndum del 1-O. Desde entonces, uno de cada cinco ha cambiado de parecer sobre el eterno debate de Cataluña-España. De este modo, un 30% de los indepes antes eran de otra cuerda, y lo mismo con un 15% de los contrarios a la independencia.

Los restos del naufragio procesista

Estos datos confirman lo que se vivió hace poco más de dos meses, coincidiendo con la Diada. Por aquellas fechas, también salieron datos demoscópicos que señalaban que el espíritu nacionalista cotizaba a la baja y que eran los más mayores los guardianes de las esencias. Esto llegaba hasta el punto de que en una década - o sea, la década procesista - los jóvenes pasaron de ser el grupo más nacionalista a ser el menos nacionalista.

Carles Puigdemont con traje oscuro hablando en un podio con micrófonos.

Es decir, que todos estos resultados son otra de las muchas caras del colapso procesista. En este sentido, también es destacable que el CEO señale que el mascarón de proa del procesismo, Carles Puigdemont, puntúe muy mal entre los ciudadanos. De hecho, ha bajado de un 3,9 que tenía en julio a un 3,5 actual. El mejor valorado es Salvador Illa, aunque no es menos cierto que ningún político consigue aprobar.

En definitiva, el cambio político al que hemos asistido después del 12M es el trasunto de un cambio sociológico. Pero como venimos diciendo en E-Notícies, este cambio sociológico esconde una gran bolsa abstencionista, que es la responsable última de la victoria del PSC. Esta legislatura es de estabilización y nuevo reparto de cartas.

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