Cartel con el texto "Fora l'Alzheimer de Barcelona" repetido varias veces, con las imágenes de Pasqual y Ernes Maragall, pegado en un poste frente a varios autobuses en una calle de la ciudad.
POLÍTICA

El dirigente señalado por los carteles de ERC da tres nombres y asegura tener pruebas

Tolo Moya pasa al ataque y avisa de que él es la ‘cabeza de turco’ para proteger a los verdaderos responsables

La situación que vive ERC con la polémica de los carteles del Alzheimer es la situación prototípica de un partido político. Surge el escándalo, empiezan las dimisiones entre amenazas veladas y los dirigentes se intentan poner a salvo.

El guion básico es que nadie sabía nada, que ciertas comisiones éticas se encargarán de todo y que es una situación muy triste para el partido. En una columna publicada en La Vanguardia, Oriol Junqueras hacía una síntesis de este guion.

De la misma manera, es prototípico que se intente trasladar toda la responsabilidad a un cargo importante y, al mismo tiempo, políticamente secundario. En este caso, fue el antiguo responsable de comunicación de ERC, Tolo Moya.

Tres personas aparecen en la imagen, Oriol Junqueras y Marta Rovira en primer plano y Ernest Maragall en el fondo, con un cartel amarillo detrás de ellos.

Moya habla de tres figuras del partido

Poco después de señalar a Moya como responsable de los carteles, aparecieron unos audios que dejaban en muy mal lugar a Sergi Sabrià y a Oriol Duran.

En los audios, se les podía oír juntos a otros organizando la maniobra y trasladando las posibles responsabilidades a los jóvenes encargados de pegar los carteles.

La publicación de estos audios llevó a ERC a denunciar a Tolo Moya por presuntamente haberlos filtrado a la prensa. Así mismo, lo destituyeron de su cargo de asesor en la Diputación de Barcelona.

Ahora, Moya ha pasado al ataque y no parece por la labor de cargar con toda la responsabilidad. En una entrevista al Menorca - Es Diari, Moya dice que le señalaron a él como “cabeza de turco cuando vieron que el caso apuntaba muy alto”, es decir, a Sergi Sabrià.

Sergi Sabrià con traje oscuro y camisa blanca hablando en un podio amarillo con el logo de Esquerra Republicana y la dirección web de ERC

Junto a Sabrià, Moya también ha señalado a Ernest Maragall y a Marta Rovira. Según él, los tres dijeron “muchas mentiras” cuando se destapó el caso. Sobre Rovira, dice que “es la secretaria general del partido y mano derecha de Sabrià. El otro día salió en rueda de prensa diciendo muchas mentiras”.

Sobre la investigación interna que ahora está en marcha, Moya denuncia que depende de Rovira y de otros dos implicados en el caso como Oriol Durán y Jordi Roig. Ante esto, ha explicado que ya ha impugado internamente la investigación “porque no es ético”. Aunque también ha dejado caer que no teme a las posibles denuncias porque dice “tener pruebas de todo”.

Asegura que ERC le intentó silenciar

En esencia, lo que viene a decir Moya es que la estructura encargada de la guerra sucia - la conocida como “la B” - actúaba de manera autónoma. De hecho, dice estar "segurísimo de que no lo sabía ni Sabrià, ni Durán, ni nadie, el grupo funcionaba de forma autónoma”.

Una vez destapada esta presunta actividad paralela de los jóvenes del partido, los mossos descubrieron los vínculos que Sabrià tenía con la guerra sucia y fue entonces cuando intentaron silenciar a Moya. “Mi cese es una medida desesperada para silenciarme, no tienen pruebas contra mí”.

Por todo ello, y convencido de su inocencia, Moya dice contemplar la posibilidad de “demandarlos por la vía judicial, por los daños y perjuicios causados a mi imagen”. 

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