La Diada de la división
Cataluña celebra el 11S con discrepancias entre los diferentes actores del independentismo y el procesismo
El independentismo llega al 11S más dividido que nunca. Y eso que parecía complicado después de que, el año pasado, Esquerra se desmarcase de los principales actos conmemorativos. En las horas y días previos a la celebración de la Diada, los procesistas no han parado de tirarse los trastos por la cabeza, agudizando así una división que ya hace tiempo que viene acentuándose.
Que ERC y Junts no se pueden ni ver es algo que ya tenemos asumido desde hace tiempo. Pero a partir de las elecciones municipales y generales, el evidente distanciamiento entre los dos partidos procesistas ha ido a más. Sobre todo, desde que Carles Puigdemont se ha convertido en el protagonista absoluto de la política española.
Esto ha generado muchas envidias en Esquerra. El mismo Pere Aragonès salía al paso este fin de semana recordando, en una entrevista a El Periódico, que “quien negocia en nombre de Cataluña es el Govern” y no el gurú de Waterloo. También Joan Queralt aprovechaba una entrevista en VilaWeb para mandarle un mensaje a Puigdemont y a su cambio de estrategia. “Bienvenido a Esquerra”, afirmaba el senador de ERC para reprocharle que ahora también Junts apuesta por el pactismo con el PSOE.
Todo esto, sin olvidar todo lo que ha pasado en los últimos meses. Recordemos que Junts acabó rompiendo el pacto de Govern y que los dos partidos no han tenido reparos en priorizar, en algunos sitios, un pacto con el PSC antes que con su teórico socio natural.
ANC, CDR, la CUP y Aliança Catalana
Pero la división entre el procesismo no acaba aquí: en la ANC ya hace tiempo que van por libres, viviendo a años luz de la realidad. Esta semana, su presidenta daba un paso al frente para pedir que se reactivara la DUI tras la aprobación de la ley de amnistía. Sería cómico si no fuera porque esta gente es relevante en la política catalana (aunque, afortunadamente, cada vez menos). La propuesta de Dolors Feliu fue recibida como una broma de mal gusto, incluso para gran parte del movimiento independentista.
Por otro lado, tenemos los CDR y el independentismo radical, que cada vez están más alejados del oficialismo que representan la ERC, Junts, la CUP, la ANC o Òmnium Cultural. Tras intentar boicotear la Vuelta, este sector del independentismo llega al 11S con más ganas que nunca de reivindicarse y de señalar la “traición” que están llevando a cabo los procesistas.
Y finalmente tenemos a la gente de la calle. Esos que quizás este 11S saldrán a las calles en más o menos masa para pedir la independencia. Pero que ya han dejado claro que cada vez se creen menos las mentiras de ERC, Junts, CUP y compañía. Y la muestra más clara de ello es el retroceso electoral que han sufrido estos partidos en las dos últimas citas electorales.
El 11S será un día para disimular toda esta división -o por lo menos esto intentarán los partidos procesistas-. Pero el día siguiente amanecerá y ERC y Junts seguirán sin poder verse, la ANC seguirá como pollo sin cabeza, el independentismo radical seguirá echando pestes de los 3 principales partidos y la CUP seguirá en la lucha para frenar su camino a la irrelevancia política. De hecho, el único activo dentro del mundo indepe que no se encuentra en caída libre parece ser la Aliança Catalana de Sílvia Orriols.
Más noticias: