Vuelve la Cataluña de los CDR y los sabotajes

Los independentistas radicales se propusieron este fin de semana reventar La Vuelta. El sábado, la policía detuvo a cuatro personas por participar supuestamente en actos de sabotaje. El domingo, otros activistas lanzaron chinchetas a la carretera causando varios pinchazos y poniendo la integridad de los ciclistas en peligro.

Partidos como ERC y Junts acusan al Estado español de “represión político”, y juntos con otras coordinadoras piden la libertad de los detenidos. El contexto actual se parece cada vez más al de 2019 tras la sentencia del Procés: una Cataluña tomada por los CDR con llamamientos a la rebelión y los sabotajes.

En aquella ocasión, un movimiento como el Tsunami Democrátic puso al Estado contra las cuerdas bloqueando infraestructuras vitales como el aeropuerto. Esta vez, sin embargo, la convocatoria de las entidades ha sido un fracaso. En el circuito apenas se vieron esteladas y se evidenció una vez más la desmovilización del independentismo.

ANC y Òmnium vuelven a pinchar

Los CDR llamaron a la movilización en los municipios catalanes por donde pasaba La Vuelta para boicotear el evento. La Assemblea Nacional Catalana (ANC) y Òmnium Cultural se sumaron a la campaña. Pidieron llenar el circuito de esteladas y carteles para mostrar su rechazo a una Vuelta “que invade los Països Catalans”.

La intención era llenar el circuito de banderas catalanas y esteladas para internacionalizar el conflicto. Aunque tenía que medir la capacidad de convocatoria de las entidades, la realidad es que apenas ha habido manifestantes. Esto certifica que el procesismo y sus entidades afines llevan tiempo de capa caída.

Los últimos 11-S han sido un fracaso de participación, y la Assemblea y Òmnium quieren aprovechar el tirón del contexto político actual para volver a marcar músculo. Si el boicot a La Vuelta era el termómetro, lo tienen crudo. Solo algunos grupúsculos radicales y sus actos de sabotaje han conseguido un cierto eco.

Vuelven los CDR y los sabotajes

Los CDR se crearon en 2017 como grupos de defensa del 1 de octubre y la supuesta república catalana. Se convirtieron en punta de lanza de las movilizaciones posteriores al referéndum y la huelga general de octubre. En 2018 la justicia asestó los primeros golpes a activistas por delitos de rebelión y terrorismo.

Tras la sentencia del Procés, en septiembre de 2019, los comités encabezaron también las movilizaciones radicales y violentas. Hubo cortes de carretera, sabotajes a infraestructuras y graves enfrentamientos contra la policía. Barcelona fue durante días el escenario de una auténtica guerra de guerrillas urbana.

Tras mucho tiempo en la sombra, los CDR vuelven ahora para calentar de nuevo las calles. Los comitès han emitido un comunicado de respuesta a las detenciones: “La presencia de mucha gente en las movilizaciones que habrá próximamente con la estelada o la bandera negra será una forma de demostrar que seguimos defendiendo a las represaliadas y lo que representa el 1-O donde votamos y ganamos”.

Aunque las entidades han perdido fuelle y capacidad de movilización, el retorno de los CDR y los sabotajes ponen en alerta a las autoridades. Es evidente que se está produciendo una nueva radicalización del independentismo. Aunque de momento, como se volvió a ver este fin de semana, sigue siendo residual.