La CUP se hunde y se olvida de hacer autocrítica

Sufrieron un duro retroceso en las municipales del año pasado. Dos meses después vino el golpe de quedarse sin representación en el Congreso de los Diputados. Y ahora, la CUP confirma su caída libre con otro batacazo electoral en los comicios al Parlament de Cataluña.

La formación anticapitalista, que está en pleno proceso de refundación, deberá seguir debatiendo en asambleas qué está haciendo mal tras perder cinco diputados respecto a las elecciones del año 2021. De hecho, uno de los escaños que han perdido es el de Tarragona, de dónde es su cabeza de cartel Laia Estrada. Más allá del escaño perdido en Tarragona, también pierden uno en Gerona, otro en Lérida y dos más en Barcelona. Al final, se quedan con cuatro.

La reflexión en la CUP, pues, deberá ser profunda. Tras años defendiendo algunas de las políticas más woke del panorama político catalán, los electores han vuelto a castigar a los anticapitalistas. No hay que olvidar que, en los últimos meses, los cupaires se han abstenido en la votación para que no prescribiesen los delitos de abuso sexual infantil, propusieron prohibir algunos ‘gegants’ por ser un elemento que hacía apología del esclavismo o pidieron dar paguitas a todo el mundo como propuesta para frenar el auge de la delincuencia en Cataluña.  Y esto son solo algunos ejemplos de la deriva cupaire en los últimos tiempos.

Otra de las polémicas recientes de la CUP fue la inclusión de Ortésia Cabrera de número tres en las listas de Tarragona. Se trata de una mujer transexual que su proclamación com candidata abrió un debate dentro del partido y en su entorno. 

Además, teniendo en cuenta que ellos siempre se han mostrado contrarios a pactar con el PSC y que el procesismo no suma, las posibilidades de llegar a acuerdos y ser decisivos son nulas. 

Nadie en la sede de la CUP podía ocultar la noche dramática que le ha tocado vivir al partido en esta jornada electoral. Eso sí, la autocrítica ha brillado por su ausencia, algo que ya viene siendo habitual en la formación. 

Eso sí, Laia Estrada no se ha olvidado de lamentar los resultados globales de las elecciones catalanas. “El panorama que queda con estos resultados no es bueno. Nos queda un Parlament más de derechas y más españolista que nunca”, decía la candidata cupaire. “También es una mala noticia que haya entrado esta formación de extrema derecha que se esconde detrás de la bandera independentista”, añadía en referencia a Sílvia Orriols.

Queda claro, pues, que la CUP no solamente ha vivido una mala noche desde el punto de vista particular (algo que, sea dicho de paso, ya estaban acostumbrados tras los recientes batacazos electorales). También por lo que han decidido los catalanes en las urnas. Aquellos que hablan de ser representantes del “pueblo”, han visto cómo el “pueblo” ha decidido algo que no les gusta demasiado. A Laia Estrada solo le ha faltado decir eso de que la gente no sabe votar.