La CUP prefiere una república española a una monarquía catalana

En declaraciones a un programa radiofónico, miembros de la CUP han hablado sobre el debate de la forma del Estado. Ante un caso límite en el cual tuvieran que decidir, la CUP parece preferir una república española a una monarquía catalana. 

¿Qué es ahora la CUP?

La CUP está en un momento de autoaclaración ideológica e incluso existencial si se atienden a sus últimos resultados electorales. Desde que empezaron a cosechar fracasos, la formación anticapitalista empezó un proceso de refundación llamado “Proceso Garbí”.

Este proceso tiene como objetivo volver a ser alguien en el panorama electoral. Algo que, para la CUP, no parece fácil si se tienen en cuenta que algunos de sus temas estrella ahora mismo no interesan al votante. En cualquier caso, la formación parece apostar por una tríada de ecologismo, feminismo y socialismo.

Por lo demás, la CUP intenta tomar todo el protagonismo mediático que puede. Lo hace con ideas más o menos llamativas que están en función de la actualidad. Pidieron una farmacéutica pública, hablaron de la salud mental y su relación con el capitalismo y, hace poco, copiaron a Podemos y pidieron un supermercado público.

Ahora, en un programa radiofónico, miembros de peso de la CUP como Eulàlia Reguant se han referido a uno de los temas clásicos de España: el debate de la monarquía o la república. Más allá de lo anecdótico y de que ahora mismo el tema no está encima de la mesa, estos miembros de la CUP han declarado algo que, para muchos, confirma el entierro electoral de la formación política.

“¿República española o monarquía catalana?”, les preguntan. Su respuesta es que república española, cosa que argumentan refiriéndose a las “condiciones materiales”. Son esta clase de declaraciones las que llevan al votante catalán a aumentar su desconcierto cuando piensa en la CUP.

Por lo menos así lo reflejan las respuestas en X. “Que ganas de que sean extraparlamentarios”, decían algunos. El caso es que nadie ha compartido esta idea de la CUP. De aquí que la conclusión haya sido: “No tienen nada que ofrecer, nada”.