Carles Puigdemont defiende a los agricultores y vuelve a salir mal parado
El expresidente no se molestó en hablar sobre la inmigración y Cristina Casol, pero sí sobre los agricultores: las elecciones huelen a campo
Ahora, lo que tiene valor comunicativo es ser un poco antiglobalista y, si no, al menos parecerlo. La legislación europea parece caída del cielo y todos los partidos procuran presentarse como defensores de sus naciones y de sus agricultores. Ayer le tocó el turno al expresidente Puigdemont, que a través de X ha remarcado sin mucha fortuna cuál es la postura de Junts.
Todos contra la Agenda 2030
El objetivo es ser amigo de los agricultores. Y eso pasa por adoptar parte del discurso crítico con la Agenda 2030 y la legislación europea. Desde que los payeses cortan carreteras, lo que se lleva es la “defensa del territorio” y del campo. Cada cual lo hace como puede y para unos es más fácil que para otros.
ERC lo intenta combinando el cambio climático, con la sostenibilidad económica y la defensa de los pequeños propietarios. Junts está en una línea parecida. De hecho, ambos partidos han salido corriendo a recordar las veces que han votado que no en Bruselas. Por parte de ERC, ayer lo intentó el consejero Mascort:
La estrategia comunicativa e ideológica está, pues, a la vista: descargar responsabilidades en entidades más o menos abstractas. Bruselas, la Unión Europea, las grandes empresas de distribución, los riesgos geopolíticos, etc. Lo que se busca es dar la imagen de proximidad con el “campo”, que es un símbolo identitario muy fuerte.
El turno de Puigdemont
Para esto, el expresidente sí que se ha pronunciado. Para otros temas menos electorales no le interesó tanto: nada dijo de la inmigración y nada dijo tampoco del caso de Cristina Casol. En Junts - como en ERC - saben que este tema de los agricultores es prioritario electoralmente. Las elecciones están a la vuelta de la esquina y el líder moral del partido ha salido a pronunciarse:
Detalles al margen, la jugada es la misma: un ejercicio de equilibrismo entre el comercio internacional y las naranjas del pequeño productor catalán. En el hilo que el expresidente ha compartido, Junts intentaba explicar la que ha sido su postura. Pero, a juicio de las respuestas, las explicaciones parece que llegan tarde y que huelen a oportunismo. “Me pinchan y no me sacan sangre”, decía uno.
Había muchos usuarios que recordaban la inacción de la Generalitat durante muchos años con el tema de la sequía. Otros ironizaban sobre esta postura tan firme de Junts en defensa del producto catalán diciendo que “el resultado lo tenemos a la vista”. En definitiva, que por ahora el votante tiene memoria.
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