Primer plano del presidente de la Generalitat de Catalunya, Pere Aragonès, con rostro serio mientras ofrece una rueda de prensa, en el Palau de la Generalitat, a 23 de enero de 2024, en Barcelona
POLÍTICA

Pere Aragonès menosprecia a los agricultores en su cara

La reunión empezó dos horas tardes y el President despachó a los representantes sindicales en apenas una hora


La gestión de las protestas agrarias da una buena muestra de cómo está funcionando el gobierno en Cataluña. La reunión de los agricultores con el President de la Generalitat, Pere Aragonès, se retrasó casi dos horas. En un encuentro de apenas una hora, el Govern emplazó a los afectados a una nueva reunión dentro de quince días.

La indignación se apoderó de los trabajadores del campo que se agolparon en la Plaça Sant Jaume esperando soluciones a sus reivindicaciones. La tensión fue en aumento, ya que los representantes sindicales fueron recibidos al grito de ‘fuera sindicatos’. Luego hubo un intenso debate sobre si quedarse en Barcelona o volver a sus territorios.

Una parte importante de los dos mil payeses que acudieron a Barcelona con sus tractores decidieron volver a su casa. Algunos decidieron quedarse, aunque la idea es que vayan volviendo a sus hogares a lo largo del día de hoy. Se van con la sensación de que sus gobernantes se han reído en su cara.

El conseller, satisfecho con la reunión

El conseller d’Acció Climàtica, Alimentació i Agenda Rural, David Mascort, se mostró satisfecho tras la reunión con los representantes sindicales del campo. El conseller declaró en rueda de prensa que el objetivo era conocer las reivindicaciones del sector. También se esforzó en insistir que durante la reunión nadie le pidió la dimisión, aunque en la plaza Sant Jaume los gritos eran evidentes.

Durante la sesión de control en el Parlament, ayer por la mañana, el propio conseller defendió las reivindicaciones del sector y recordó que llevan años tomando decisiones conjuntamente en la mesa agraria. Por la tarde, durante la reunión, insistió en retomar la mesa de negociación con el sector. Pero los payeses que esperaban fuera de Palau exigían soluciones inmediatas a su desesperada situación.

Los agricultores piden unos precios justos con los que poder competir con las importaciones de terceros países. Se ven perjudicados por los acuerdos comerciales que firman las élites en Bruselas y que perjudican al producto local. ERC recuerda que ha votado en contra de estos acuerdos, y alega que el problema no es de su competencia.

El Govern, contra las cuerdas

Llueve sobre mojado en este caso, ya que el sector primario se ve perjudicado por la mala gestión de la sequía del Govern. En primer lugar, por la falta de previsión e inversiones que ha llevado hasta esta situación. Y en segundo lugar, por las restricciones que afecta sobre todo a los trabajadores del campo.

Los payeses consideran que están pagando los platos rotos de la incompetencia del Govern y que las restricciones acabarán por ahogar el sector. A ello se le suma el descontento por los acuerdos comerciales de la Unión Europea. Las protestas estallaron en Alemania y se fueron extendiendo a otros países, hasta llegar a España.

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