Carles Puigdemont compara a Sumar con la ‘ultraderecha’
Una diputada de Sumar criticó que se coloque a Puigdemont como ejemplo de persona que sufre discursos de odio
Si algo caracteriza a nuestra época es su facilidad para ver en los adversarios políticos a radicales de toda clase y condición. Los ejemplos son constantes y revelan que no hay otro patrón que el desprecio partidista. Lluís Llach ha llamado “parafascista”, “franquista” y “pseudofranquista” al presidente Illa; la alcaldesa Orriols ha aguantado en varias ocasiones que la llamaran “nazi”; y ahora el turno es de Sumar, que, a juicio de Puigdemont, han comprado el relato de la “ultraderecha”.
Esto viene con motivo de la comparecencia de Gonzalo Boye en el Congreso de los Diputados, que denunció que los políticos procesistas han sido víctimas de persecución y delitos de odio. Este discurso se ha encontrado con la oposición frontal de varios grupos políticos, como PP, Vox y, para sorpresa de Junts, también Sumar. La diputada de Sumar Engracia Rivera presentó una crítica bastante ácida al relato procesista del expresidente Puigdemont.
La diputada Rivera vino a decir que no es adecuado usar una comisión sobre delitos de odio para analizar el caso individual de Puigdemont. “Su representado[Puigdemont]ha pasado años viviendo en Bélgica mientras otros líderes del procés eran condenados a penas de prisión”, señaló Rivera, “su representado ha gozado de un alto nivel de vida”. La conclusión de la diputada de Sumar es inmediata: “entendemos que su representado no es el ejemplo más representativo de las personas que sufren los discursos de odio”:
Las reacciones de Junts
Estas palabras no han caído nada bien dentro de Junts. La famosa mano derecha de Puigdemont, Josep Lluís Alay, abría ayer la veda de las caricaturas en redes sociales. “Aquí tenéis a Engracia Rivera, diputada de la extrema derecha española de Sumar”, decía Alay:
Poco después, el expresidente Puigdemont compraba esta tesis y hablaba de que Sumar “tiene la misma narrativa que la ultraderecha”. “No sé por qué razón nos piden a menudo nuestro apoyo, francamente. Si usan su lógica trumpista, quizás es para mantener el ritmo de vida de los Urtasun, Díaz y compañía, que no parece que los falte de nada”, concluía Puigdemont:
Además de mayor polarización, este es un nuevo ejemplo de cómo el relato procesista todavía está vivo dentro de Junts. Porque al fin y al cabo es Puigdemont el que ha investido a Pedro Sánchez y, por remisión, a los ministros de Sumar. De la misma manera, ha quedado comprobado que las amenazas de Junts son puramente simbólicas porque, hasta la fecha, han garantizado la estabilidad del Gobierno.
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