Lluís Llach, levantando el puño y hablando apasionadamente en un micrófono.
POLÍTICA

Lluís Llach pierde los papeles atacando a Salvador Illa

El presidente de la ANC somatiza la impotencia del procesismo ante el nuevo rumbo que ha tomado Cataluña

A Puigdemont no es el único al que le ha sentado mal la presidencia de Salvador Illa. Si se analizan las reacciones a la victoria del PSC, parece que el más dolido es Lluís Llach.

Durante los últimos meses, los ataques de Llach a Salvador Illa han sido constantes. En ocasiones, Llach ha matizado (o algo parecido) sus críticas al nuevo presidente. Así, por ejemplo, ha pasado de calificar a Illa de “fascista” a “parafascista” y, ahora, de “pseudofranquista”.

Definitivamente, la pérdida de la mayoría independentista es de difícil digestión para el procesismo. La desinflada Diada de ayer así lo revela. Más que una muestra de fuerza indepe, la Diada fue una muestra de debilidad indepe

Pere Aragonès y Josep Rull aplaudiendo a Salvador Illa, presidente de la Generalitat

Fascismo a granel

Nuestra época no se caracteriza precisamente por la exhaustividad a la hora de usar palabras gruesas. En este sentido, destaca el uso a granel que se hace del término “fascista”. El último en ser incluido en la lista de fascistas es Salvador Illa.

En un primer momento, Lluís Llach le dirigió este calificativo a Illa con motivo de su investidura. Eran aquellos días en los que las juventudes republicanas acuñaron el socorrido concepto de “sí crítico”. El caso es que Lluís Llach cargó contra ERC y, de paso, contra Salvador Illa, el candidato “fascista”:

Poco tiempo después, Llach matizó sus palabras en una entrevista a El Periódico. Y lo hizo sirviéndose también de la acuñación de nuevos conceptos. En este caso, rebajó el presunto radicalismo de Salvador Illa y lo calificó de “parafascista” o “pseudofascista”.

El argumento de Llach para justificar el matiz fue perfectamente circular. “Ha ido a manifestaciones pseudofascistas”, dijo. Así mismo, Illa merecería el calificativo de pseudofacista por decir “Bajo Llobregat” o por pedir la aplicación del 155.

Dos mujeres mayores caminando junto a una bandera estelada mientras una mujer joven pasa por el lado opuesto.

Preguntado por todo esto hoy en Catalunya Ràdio, Llach ha vuelto a matizar. Ante los micrófonos de El Matí, el presidente de la ANC ha rebautizado a Salvador Illa como “pseudofranquista”. Aficionado a la circularidad, Llach ha señalado que “tiene tradición de cosas propias del franquismo”.

En cualquier caso, lo que es seguro es que el nacionalismo catalán pasa por un mal momento. Los dos partidos procesistas no se hablan, ERC se consume en una guerra civil y los jóvenes son menos nacionalistas que nunca. Para muestra, la Diada de ayer.

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