Aurora Madaula con chaqueta gris hablando frente a dos micrófonos.
POLÍTICA

Aurora Madaula, la dirigente progre de Junts señalada por una denuncia falsa de acoso

El auge y caída de la vicepresidenta de Junts escenifica el auge y caída del activismo izquierdista del 'procés'

Aurora Madaula ha sido uno de los nombres propios de esta semana en el mundo de la política catalana. Y no precisamente por una cuestión positiva. La vicepresidenta de Junts ha sido señalada en un caso de una denuncia falsa de acoso sexual dentro del partido de Carles Puigdemont.

Todo empieza en el año 2020. Eduard Pujol -entonces diputado de Junts en el Parlament- se vio forzado a renunciar a su puesto en la cámara catalana por las presiones recibidas por su partido. Una concejal, también juntaire, de Pineda de Mar (Noemí Llorens) lo había denunciado por acoso sexual. Además, la formación liderada por Puigdemont también suspendió de militancia a Pujol por esta denuncia.

Montaje de fotos de primer plano de Eduard Pujol con rostro serio con el Congreso de fondo

La decisión tomada por la cúpula de Junts se basó en un informe de Aurora Madaula, que ejercía de responsable de feminismo de la formación. Según cuentan los testimonios del caso, en dicho informe Madaula dio crédito al relato de la denunciante. Y afirmó que no hacía falta que estuviesen acreditados los hechos o que hubiera indicios. 

El caso es que ahora se ha hecho público que Noemí Llorens ha dado marcha atrás. Asegura que no fue víctima de acoso sexual por parte de Eduard Pujol y ha pedido perdón por ello. Sin embargo, la cosa no se queda ahí. También ha afirmado que se sintió manipulada y presionada por Aurora Madaula para que denunciara el caso.

Explica que Madaula “me animó a denunciarlo ante la justicia y el partido”. Y que “me convenció de que su actuación[la de Eduard Pujol]era constitutiva de un delito de acoso”. Dice, además, que se sintió utilizada por gente de Junts que tenía el objetivo de perjudicar políticamente al entonces diputado en el Parlament (ahora en el Congreso).

Lejos de dimitir o pedir disculpas, Aurora Madaula niega la mayor. Asegura que solamente transmitió la información que le dio Llorens a la cúpula del partido y que ella no tenía ningún “interés” en destruir la figura política de Pujol. También ha optado por victimizarse, denunciando una campaña orquestada por “desacreditarla” y “perjudicarla”. Sobre todo ahora que nos encontramos a las puertas de un importante congreso de Junts.

El puesto de Aurora Madaula, en peligro

Aurora Madaula es una de esas figuras políticas que aparecieron prácticamente de la nada en pleno ‘procés’. Madaula no es más que otro caso de activistas que se metieron a la política institucional para eso de dar voz “a la sociedad civil”. Igual que Laura Borràs, Ruben Wagensberg, Jenn Díaz o incluso Lluís Llach.

Aurora Madaula está hablando en un podio de madera con micrófonos frente a ella.

Madaula siempre se ha declarado de izquierdas y “antifascista”. Y, claro, su ‘fichaje’ le servía a Junts para vender su intención de ser un partido transversal y alejarse de la etiqueta de “antigua Convergència”. Ese complejo y la influencia de este sector ‘progre’ de Junts es el que llevó al partido heredero de CDC a votar a favor de regulaciones, pedir el cierre de los CIE o manifestarse a favor de la llegada masiva de inmigrantes.

De hecho, solamente el ‘procés’ explica casos como el de Madaula, que en pocos años pasó de ser irrelevante a ser miembro de la Mesa del Parlament (cobrando más de 104.000 euros anuales) y vicepresidenta de Junts (cargo que todavía ostenta). Ayudó, claro, el hecho de ser cercana a Laura Borràs, presidenta de los juntaires. 

Aurora Madaula y Laura Borràs, una con abrigo gris y bufanda y la otra con abrigo blanco, están en un evento al aire libre con más personas y banderas de fondo.

Ser una de las caras visibles del ‘borrasismo’ le sirvió para catapultar su carrera política, pero ahora la condena a caer al ostracismo. El sector de Laura Borràs cotiza a la baja dentro de Junts y Madaula no deja de ser una víctima más de ello. En las últimas elecciones ya no formó parte de las listas electorales de Junts. Sus apariciones públicas son testimoniales y ahora su puesto como vicepresidenta de la formación está más que en peligro.

En el congreso que Junts celebrará a finales de octubre, el sector de Jordi Turull (y en gran parte de Carles Puigdemont) dará la estocada definitiva al sector de Laura Borràs. Previsiblemente, la expresidenta del Parlament condenada por corrupción será apartada del puesto más alto del organigrama. Y, también previsiblemente, a Madaula le pasará lo mismo con la vicepresidencia del partido.

Apartada de las últimas listas electorales, en el foco de la polémica por una denuncia falsa de acoso y con su puesto de vicepresidenta en peligro, parece que la etapa de Aurora Madaula en la política activa tiene los días contados. Siempre le quedará reforzar su posición en chiringuitos procesistas de los que ya forma parte, como Acció per la República o el Consell de la República. En cualquier caso, el auge y caída de Aurora Madaula dentro de Junts escenifica también el auge y caída de ese activismo progre del ‘procés’ que ya está llegando a su fin.

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